jueves, 29 de enero de 2015

Uno de los antidepresivos naturales; El Anacardo.


1. Anacardos

Según el Dr. Andrew Saúl, dos puñados de anacardos proporcionan el efecto equivalente a una dosis terapéutica de Prozac. ¿Cómo lo consiguen? Pues porque son una de las fuentes vegetales más altas de triptófano, el precursor de la serotonina. La serotonina es un poderoso neurotransmisor, cuya carencia se relaciona con síntomas de depresión, ansiedad, angustia, tristeza, irritabilidad, trastornos del sueño, trastornos alimenticios y comportamientos compulsivos. Los alimentos ricos en triptófano, actúan como antidepresivos naturales, produciendo un aumento de los niveles de serotonina, sin necesidad de psicofármacos.

Sin embargo, comer gran cantidad de alimentos ricos en triptófano no basta para hacernos sentir felices. El cerebro solo puede absorber triptófano cuando se combina con carbohidratos, los cuales estimulan la producción de insulina, que a su vez hace que las neuronas del cerebro sean receptivas al triptófano, y así pueden sintetizar la serotonina, hormona de la felicidad.

Es por esto, que cuando nos sentimos frustrados, nos apetecen alimentos ricos en carbohidratos. Pero desgraciadamente a nadie, que yo conozca al menos, le da por sentarse delante de la tele –a la que a veces utilizamos como mecanismo de evasión de nuestra realidad menos dulce- con un plato lleno hasta arriba de fruta, que también es rica en carbohidratos. Lo que dicho sea de paso, tampoco sería un “planazo”, nutricionalmente hablando, pero sería lo menos malo. Lo que nos suele ocurrir es que nuestro cerebro “recuerda” con agrado ciertos alimentos procesados, con una composición exquisitamente estudiada en cuanto a la proporción de hidratos de carbono, grasas y sal, que hacen que nos “enganchemos” y que tiremos de ellos cuando queremos sentirnos mejor.

La serotonina, sin embargo, no es sólo el neurotransmisor del “buen humor”, también juega un papel importantísimo en el sueño saludable, la relajación, el nivel de autoestima y la capacidad de concentración del cerebro. Como se ha mencionado, el precursor principal de la serotonina es el triptófano, aminoácido esencial que debe ser incorporado a través de la dieta ya que no somos capaces de sintetizarlo. No obstante, además del triptófano, el organismo necesita de otros nutrientes para poder sintetizar esta “dulce” hormona, como son los ácidos grasos omega tres, el magnesio, el zinc o la vitamina B6.


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