domingo, 18 de enero de 2015

INDIA 4º



Los vagones de primera y segunda, no me los podía quitar de la mente. Toda esa gente allí hacinada. Tratados como bestias por los guardias de la estación quienes con sus cañas de bambú, dando cañazos a diestra y siniestra los organizaban. Una amalgama humana que a primera vista es un shock imborrable.

Me traía a Pune una visita de trabajo. Meses atrás había contactado con un importador de muebles bastante importante. Este señor tenía tiendas y almacenes en las principales capitales de la India; Bangalore, Chanai, Mumbai y Delhi. Yo tenia que visitar Mumbai y Delhi, pero al gerente de la empresa, debido a la agenda tan apretada que tenía, solo le venía bien encontrarse conmigo en esta fecha, ya que al tener unos días festivos se encontraba en casa. Su almacén principal y casa de residencia estaban en Pune. Y Allí que me dirigí. Según su último e-mail, me esperaría en la estación. ¡Espero que así sea! Porque en este país buscar una dirección, o confiar en los taxistas o conductores de los motoricksaws para que te conduzcan a una dirección específica, se puede convertir en una búsqueda, de paradas interminables para preguntar, cansina, a veces agotadora. Eso en el caso que toda salga bien. Si no te encuentras una vaca, elefante o camello, cruzada en la calle o la carretera, lo cual para el tráfico. O algún accidente que, es lo más común, te imposibilita llegar a tu destino a la hora indicada. Además suponiendo que se encuentra la calle y el número que andas buscando. Tienes que rezar para que no sea un barrizal por el que no se puede pasar ni en coche, o que los montones de escombros y basura te permitan transitar por el mismo. También tengo que decir que esto sucede principalmente en los barrios extramuros de las capitales.

Parada en Pune. Estación limpia. Otra atmósfera, más clara y fresca. El aroma en el ambiente era más verde, de arboleda, bosque y en algunos puntos floral. En el andén me despedí de la familia de Shiv. Los sharis de las niñas y la mujer a la luz del sol reflejaban unos colores extravagantes; rosa, naranja, morados, verdes y oro. Arundati, la esposa de Shiv me invitó a comer en la casa de sus familiares. Yo como tenía por delante unas horas de trabajo no tenía claro si podía aceptar la invitación o no. Ante mi indecisión decidieron darme su número de móvil para que les llamase si terminaba antes de mediodía. Muy agradecido acepté y nos despedimos. Fue dejar a estos compañeros de viaje y encontrarme de cara con un chaval joven, bien vestido; pantalón negro, camisa blanca de manga corta, corbata gris. Tez aceitunada, bigote acicalado y bien rasurado. Se presentó preguntando por mi nombre. Después de las presentaciones. Subimos en el coche que la empresa había puesto a mi disposición, un Mercedes, y nos dirigimos hacia la empresa Krone Planet. Media hora larga de viaje. Sin altos edificios, Pune, estado de Maharashtra, se extendía esparciéndose entre bosques y jardines bien cuidados. Otro ritmo de vida translucía en los vehículos, gentes, servicios y la organización del tráfico. Aquí los semáforos funcionaban, y además se respetaban.

Rajha, el chaval que me recogió, me dio un paseo por los puntos neurálgicos de la ciudad. Iba contándome la situación tan prospera que disfrutaban en estos momentos. Decía que el enclave cercano a Mumbai atraía muchas inversiones a Pune. Me relató por encima los cimientos históricos de la ciudad.

-Pune o Punyanagri, como la llaman los habitantes de la zona, tiene 1000 años de gloriosa historia, al parecer, ilustre y romántica. Las dinastías de los Shivaji Maharaj, los Peshwas y Lokmanya Tilak, tejieron estrechamente la historia de la ciudad. Finalmente fue gobernada por los Peshwas. Bajirao-I, Peshwa, creó el cuartel general para las tropas y construyo el Shaniwar Wada; un palacio construido como fuerte de defensa el cual hoy en día simboliza la cultura de Pune, centro de los Peshwas (hay una leyenda que cuenta el porque Bajirao I eligió el lugar para la construcción del palacio; Un día vio una pelea entre un perro y un conejo en la que el conejo salió triunfador, él pensó que sería un lugar que nunca vería la derrota). Cuando los Peshwars fueron destronados en 1820, los ingleses establecieron un cuartel militar permanente. Pune es una mezcla de lo viejo y antiguo, y además, armoniosamente unidos. Aquí puedes encontrar bazares a la antigua usanza, centros comerciales modernos. Palacios, hoteles lujosos. Templos hinduistas, mezquitas musulmanas, iglesias cristianas e incluso puedes visitar sinagogas judías. Antiguos fuertes de defensa, jardines fantásticos. Pero también instituciones educativas del más alto nivel; El instituto de cinematografía y televisión, la universidad de arqueológia, diferentes instituciones de enseñanza militare y una de las comunas más importante de la India, SHRI BALAJI HEALTH FOUNDATION, en la que después de haber pasado todos los controles de acceso; cambiar el dinero por vales, hacerte el correspondiente análisis del sida, entras en un mundo de meditación, libertad y de amor libre. Pune, a mi entender por ahora, es paz y prosperidad. El buen clima de la misma, menos polución y un nivel de vida muy bueno, hacen que sea muy popular y tenga un crecimiento interesante en estos momentos. En esta ciudad de dos millones y medio de habitantes conviven los Zoroastrians, Sikhs, musulmanes, Cristianos y Chinos confucianos. –

Le corto el relato para indicarle que ya me había dado cuenta, que los compañeros de viaje con los que llegué, como él bien sabía, eran Sikhs y venían a visitar a sus familiares. Pero él continúa con su relato:

--Ahora nos encontramos en medio de la celebración del Pune Festival, Ganapati Festival. Nosotros, los nativos, decimos Pune Festival. Este se prolonga durante diez días. Pasado mañana es el último. En muchas calles podrás ver gente haciendo sonar grandes bombos y timbales. La noche del último día es muy espectacular y extremadamente ruidosa. Los diferentes grupos de todos los barrios o calles de la ciudad, con sus bombos, y orquestas de metal, en variopinta procesión siguiendo y guiando la imagen de Ganesh, El Niño Elefante, hacia el centro de la ciudad. En un momento dado de la ceremonia todo se cubre de rojo. En las diferentes esquinas al paso de las procesiones hay instalados diferentes cubículos que contienen cantidades ingentes de polvo rojo. Cuando el ruido llega a extremos ensordecedores, las diferentes imágenes del Dios de La Suerte se van encontrando, empieza un lanzamiento incontrolado de los dichos polvos que todo lo cubren. Manos que salen de cualquier parte te cubren completamente. Y si te encuentras en los aledaños de la celebración, no podrás escaparte a una total inmersión en ese mundo rojo y sonoro. Se tiene que ir equipado para la ocasión. Ropa para desechar, cabeza cubierta y si es posible mascarilla para poder respirar correctamente y no quieres que el polvo rojo te entre hasta tus entrañas. --
Llegamos a la central de la empresa. En la puerta me espera el Jefe y su esposa. Abrir la puerta del Mercedes y recibir un bofetón de calor todo fue uno. La temperatura ya había cambiado y el sol quemaba. El contraste frío del aire acondicionado en el coche y el exterior. Me reciben con mucha amabilidad. Me dirigen hacia la parte alta del edificio donde se situaban las oficinas. Me ofrecen de beber, te, coca cola, café, tomo más te, que para estas temperaturas refresca más.


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