sábado, 31 de enero de 2015

La inutilidad y sufrimiento de la PRE-ocupación


Te despiertas y te das cuenta que tu cuerpo está hecho un guiñapo y que te encuentras más cansado que cuando te acostaste. Que las horas de la noche no han aportado nada a tú descanso. Tu mente se encuentra embotada, caminas por casa sin saber si seguir dando vueltas o si sentarte en el sillón de comedor y dejar que él día fluya.

Sigues dándole vueltas al mismo tema que lleva todo la semana PRE-ocupandote.  Día tras día el mismo sonsonete se repite, cada momento que tu atención deja de estar centrada en el trabajo o en cualquier otra cosa. 

Los rumores que oíste hace un mes sobre la empresa, que si os van a despedir, que si os van a deslocalizar el trabajo y posiblemente te manden a la otra parte del país.

Aunque tu mujer este trabajando, los hijos en una edad que casi ya puede independizarse, que ella, tu mujer, no deje de insistirte en que te tranquilices, que llegado el momento ya tomareis la medidas oportunas. Tu sigues insistiendo y encerrado en tu PRE-ocupación constante. la tristeza, el malestar y la apatía se han instalado en tu hogar.

Elucubras sobre las posibles situaciones negativas que podrían darse en el caso que lo peor ocurriera. El tiempo pasa y la atmósfera en case está más y más enrarecida.

Una mañana a la hora del desayuno su señora, sin cortarse un pelo, le dice directamente, --Estás haciendo algo para solucionar los problemas que te aquejan y que están destruyendo el bienestar de nuestras vidas..

A lo que él le responde. --Yo? yo como tengo que hacer nada, si no se que va a pasar. Qué puedo hacer si aún no sabemos nada, ni hay ninguna notificación de la empresa.

Entonces la mujer le responde, tranquila pero firme, --entonces si no sabes aún nada, y no puedes hacer nada, porque te estas  martirizando con tanta PRE-ocupación valdia que no lleva a ninguna parte y que solo nos está produciendo sufrimiento inútil que, por si mismo no puede solucionar nada.

Elimina la PRE-ocupación de tú mente. Si algo te PRE-ocupa, atiéndelo directamente, OCÚPATE DE ELLO,  si tiene solución lo solucionas y si no la tiene, no pierdas ni un minuto de tu vida, ni nada de energía en la PRE-OCUPACIÓN INÚTIL QUE NO SOLUCIONA NADA Y PRODUCE MUCHO SUFRIMIENTO.

"El dolor es obligatorio, el sufrimiento es voluntario"
Paco Costa

Dancing on a Tile.


DANCING ON A TILE

                                                             Your head resting 
On my chest
Your arms embracing
My wrist.

Music singing
“image all the people living for today”

Your arms pressing me
on you.
                              Dead white ivory moon
shining on the sea
two lovers dancing as fool

“You could think I am a dreamer but I am not the only one”

Swinging movements of the bodies
dancing on a tile
feeling each other,
looking your face waiting
 your smile.








                                                                Paco Costa.      

Chains and Dreams.


                                                             CHAINS AND DREAMS

So many difficulties,
So many mental problemas,
So many social rules,
So much false behaviour,
So much suffering
When life is so short.

To be or not to be
Able
Of
Breaking or not breaking
Rules.

All is a big mess,
Western and Eastern
Mess for both.
Both into one,
One thought,
One action,

A wave going and coming
On a beach widely open.
One whisper
Yours.

One melting mess
Both into one
Dreams.

                                                                                   Paco Costa Puchalt

El Rio



EL RIO

Érase una ves un hermoso río que seguía su curso por entre colinas, bosques y praderas. Empezó siendo un alegre salto de agua, un manantial bailarín que cantaba bajando de la cima de la montaña. Por aquel entonces era muy joven, y fue bajando lentamente hacia la llanura. Quería llegar al océano. Cuando creció, aprendió  a embellecerse y serpenteaba graciosamente por las  colinas y praderas.

Un día advirtió que las nuebes estaban sobre él. Nubes de mil formoas y colores. Y desde entonces no paró de perseguirlas. quería tener una para él solo. Pero las nubes flotan y viajan por el cielo cambiando de forma constantemente. A veces parecen un  abrigo, otras un caballo.  El río sufría mucho debido a la mutabilidad que caracteriza a las nubes. Cazarlas hubiera sido su alegría, su placer, pero la desesperanza, la ira y el odio se apoderaron de su vida.

Un vuen día el viento sopló con fueza y barrió las nubes del cielo. Y éste volvió a quedarse completamente vacío. Nuestro río pensó que la vida ya no valía la pena porque no había más nubes que perseguir. Quería morirse <<¿Para qué estar vivo si ya no hay nubes?>> Pero, ¿cómo podía un río suicidarse?

Esa noche, por primera vez, el río tuvo la oportunidad de volver sobre sí mismo. Siempre había   estado siguiendo corrientes externas a él, jamás se había mirado en sus interior. Pero esa noche escuchó su llanto, el sonido del agua rompiendo contra la orilla. Y al escucharse descubrió algo muy importante.

Descubrió que todo cuanto había estado admirando se hallaba dentro de él. Comprendió que las nubes nacían del agua y a ella volvían. Y que él mismo no  era sino agua.

Al día siguiente, cuando el sol apareció en el cielo, advirtió algo hermosísimo. Vio el cielo azul por primera vez. Jamás había reparado en él. En su único interés por las nubes había olvidado mirar el cielo, que es la casa de las nubes. Y las nubes son mutables, pero el cielo no, el cielo permanece. Comprendió que la inmensidad celeste había estado encima de él desde el principio. Y la impresión fue tan profunda que le inundó de dicha al comprender, ante la inmensidad del cielo azul, que jamás volvería a perder la paz y la felicidad.

Por la tarde volvieron las nubes, pero él ya nunca más quiso poseer ninguna. Pudo contemplar su belleza y darles la bienvenida, y les dispensaba una calurosa acogida a medida que llegaban. Comprendió que las nuebes eran él, que no tenía por qué escoger entre él y ellas. Entre las nubes y el río había paz.

Y aquella noche, al abrir su corazón al cielo nocturno, recibio la imagen de la luna llena --bellísima, redonda, como una joya-- en su interior. Jamás había pensado que  pudiera recibir algo tan bello. Hay un precioso poema chino que dice: <>

Y eso es lo que el río representaba en aquellos momentos. Recibió la imagen de la luna bellísima en su corazón, y el agua, las nubes y la luna se cogieron de las manos y practicaron la meditación caminando despacio, muy despacio hacia el acéano.

No existe motivo por el que debamos correr en pos de nada. En cambio, sí podemos ser nosotros mismos y disfrutar de nuestra respiración, nuestra sonrisa, y  de la belleza que nos rodea.

Escrito sacado del libro "Hacia la paz  interior" de Thich Nhat Hanh

Dentro de ti están las soluciones a tus circunstancias.


TU ERES EL RESULTADO DE TI MISMO. 
No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú has hecho tu vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar; corrigiéndote, el triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error.
Nunca te quejes del ambiente o de los que te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer, las circunstancias son buenas o malas según la voluntad o fortaleza de tu corazón.
Aprende a convertir toda situación difícil en un arma para luchar.
No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfrenta con valor y acepta que de una u otra manera, todo dependerá de ti; no te amargues con tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño, recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.
Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso.
Si, tú has sido el ignorante, el irresponsable, tú, únicamente tú, nadie pudo haber sido por ti.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.
Aprende de los fuertes de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.
Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin alimento morirán.
Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande, que el más grande de los obstáculos.
Mírate en el espejo de ti mismo.
Comienza a ser sincero contigo mismo. Reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte.
Reconócete dentro de ti mismo, más libre y fuerte, dejarás de ser un títere de las circunstancias,
porque tu mismo eres tu destino.
Y nadie puede sustituirte en la construcción de tu destino.
Levántate mira las mañanas y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de la vida
Ahora despierta, camina, lucha.
Decídete y triunfarás en la vida.
Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.
PABLO NERUDA.

viernes, 30 de enero de 2015

Mantener una actitud positiva

Recogemos los 10 principios que conviene tener presente para conseguir y mantener una actitud positiva:
  • Manos a la obra. Las críticas y las quejas no sirven de nada. Vamos a buscar y proponer soluciones y ponerlas en marcha. La manera de actuar es “por” y no “contra”. No desprecies a nadie, quien menos lo esperas te puede dar una gran lección.
  • Actuar en armonía. Una actitud positiva implica colaboración, generosidad y abundancia. Cuando hay cambios o algún proyecto no sale es porque algo mejor está por llegar.
  • Fluidez y entrenamiento. Como cualquier disciplina, conseguir y mantener una actitud positiva es cuestión de entrenamiento y luego, poco a poco, todo fluye sin esfuerzo. Hay que intentar mantener la distancia con las “malas” noticias y no “engancharse”.
  • Las experiencias nos ayudan a crecer. Todo lo que nos ocurre pasa por nuestro bien, aunque en un primer momento quizá no lo parezca. En muchas ocasiones hace falta la perspectiva que da el tiempo. Encuentra siempre ese lado positivo y el aprendizaje que trae consigo.
  • Vivamos en el presente. Aprovecha lo que tienes y lo que la vida te ofrece hoy. Recuerda las cosas buenas del pasado e imagina lo mejor para ese futuro que un día llegará. Pero hasta entonces: disfruta del momento. Vive el aquí y el ahora.
  • Enfoque adecuado y consciente: concentra los esfuerzos, la energía, y tu atención… en  lo que quieres y no en lo que no quieres.
  • Sentirse siempre bien ayuda a ser positivo. Nadie es más ni menos que tú. Tienes libertad para decidir cómo quieres sentirte en cada momento. Recuérdalo.
  • Sonríe. Al hacerlo el cerebro interpreta que todo va bien y, tanto si es así como si no, sintoniza con una frecuencia positiva. Sonríe y el mundo te sonreirá.
  • Da las gracias. Si nos paramos a pensar un momento seguro que tenemos muchas cosas que agradecer. Hacerlo ayuda a centrarse en lo positivo de nuestra vida.
  • Atención a lo que emitimos. Presta mucha atención a lo que piensas y dices. Olvidemos frases como “No tengo dinero”, “No puedo”, etc. Céntrate en lo positivo y no solo seguirá ahí sino que atraerás muchas más cosas buenas a tu vida.
Y, en formato gráfico, es:

jueves, 29 de enero de 2015

INDIA-13º. De mi paso por India.


La cojo por el brazo y nos dirigimos a unos de los tantos sofás del salón. Ella me lleva a su rincón preferido de la casa, donde estamos rodeados de fotos y recuerdos de su vida.

--Fíjese como era de joven y en lo que me he convertido.- me dice la señora señalándome con el dedo índice, huesudo y torcido por la edad, una de las fotos situadas a nuestro alrededor.

--Usted ya sabe que ha llegado a envejecer, yo no se si llegaré. — le contesto. Ella prosigue con la explicación de la foto.

--En ese tiempo yo estudiaba el un “college” de Londres. Allí cursé mis estudios de medicina. Si no lo sabe, soy doctora y he ejercido mi profesión durante cuarenta largos años aquí en mi país. La pobreza que de joven vi y la falta de asistencia médica de aquellos momentos crearon en mí el ansia de ser médico. En mi mente anidó la idea que podría ser útil para mis conciudadanos, y de verdad que me ha dado muchas satisfacciones. Aunque en muchos momentos de mi vida he estado a punto de tirar la toalla; la impotencia , la falta de materiales y medicinas, ver tanta desgracia y que ésta era, física y materialmente, imposible atenderla debidamente. Sí, en esos momentos lo pasé muy mal. —

--¿Donde ejerció su carrera, aquí en Delhi, o en alguna otra capital? Le pregunto.

--¡No, qué va! Yo pase unos años viajando por varias partes del país. Por zonas rurales. Al principio pasé un par de años en el hospital central en Delhi. Después me di cuenta que el propósito por el que yo había estudiado esta carrera no era el de acomodarme en una oficina. En mi mente era primordial poder ayudar a la gente desposeída. La gente que venía por aquel entonces al hospital no era gente pobre, sin medios. No, era la gente pudiente que a mi entender tenían capacidad para pagarse la atención medica privada. Pero como las leyes y los gobiernos lo permitían, ellos se aprovechaban. Y la gran masa de gente desasistida de los slums y áreas rurales moría sin que nadie les prestase la mínima atención. Las castas, las divinas castas, dejaban a centenares de millones fuera del sistema social. Esto hizo que me revelase contra aquella injusticia. Ahora después de, toda una vida dedicada a este fin, aportar un poco de atención y bien estar a esa gente, me he dado cuenta que mi aportación, aún siendo muy importante y de entrega total, solo ha sido una gota de agua dejada caer en medio del Pacifico. Ahora, eso sí, solo la satisfacción de ver los ojos de esperanza, tantas veces perdida, de las personas que visitaba valía todo el sacrificio realizado.—

La señora se emociona relatándome su vida. Yo escuchaba atentamente, seguía su relato ávido por conocer cosas de este país. Me fijo en un a fotografía en la que se le ve montada en un mulo cruzando una zona boscosa y le pregunto.

--¿Dónde fue tomada esta foto, iba de trabajo o haciendo ruta turística?-

--¡Turismo yo! No, no he tomado vacaciones nunca. Disfrutaba demasiado haciendo lo que me gustaba. No, esa foto fue tomada por un misionero cristiano, persona encantadora. Él cuando sabía que yo iba a llegar a la aldea, salía a mi encuentro. Cogía las riendas del animal y con una paciencia de santo, buscando los caminos menos escabrosos para evitarme el bamboleo de cuerpo, me guiaba a través del bosque. Era una aldea cercana a Venarassi, la cual visitaba muy de tarde en tarde. Visitando las aldeas encuentras el verdadero substrato del ser humano.

Personas que vivían, no se como, en la más pura miseria, analfabetos, sin ninguna ayuda. Se refugiaban en chamizos de barro y ramas que, con esfuerzo continuamente, consolidaban mezclando las defecaciones de los búfalos con barro. Anualmente las lluvias del monzón se las destruían, y vuelta a empezar. Ventanas abiertas, sin cristales, ni plásticos que las cubriese para evitar el viento y poder tener algo de intimidad en el interior. En estas zonas rurales, la mujer no es nada ni nadie. El hombre es el que manda y ordena. Muchas veces, en mis visitas por estas zonas, me he encontrado que después de haber hecho el viaje, horas de coches destartalados, horas a lomos de un mulo, he llegado a la aldea. Me he puesto a visitar las chozas y me he encontrado que la hija o el hijo de la familia no me han dejado entrar a visitar a la mujer enferma que habitaba en ella. La explicación; que el padre no quiere que la visite. Palabra sagrada que no se podía romper. Y si alguna vez se me ocurrió, aprovechando que el cabeza de familia no se encontraba presente, entrar en la cabaña y visitaba a la mujer, en visitas posteriores me enteraba de las palizas que los componentes de la familia habían sufrido por aquel acto mío de atrevimiento. Los destinatarios de las palizas eran siempre los componentes femeninos de la casa. —



Nos avisan que pasemos al comedor, estancia que también tenía puerta a la piscina. Me contraria que nos hayan roto el hilo de la charla. Mi interlocutora se encontraba concentrada en sus recuerdos y empezaban a fluirle, a deslizarse fácilmente por el tamiz de su memoria.

Pasamos a la sala contigua donde dos mesas, una larga ovalada y la otra ancha redonda, repletas de platos típicos del estado de Hartana; arroz blanco, pollo, cordero y mucha verdura. En una mesa secundaria, surtido de bebidas para elegir: cerveza india, coca cola, te, café, vino, güisqui. Salón amplio decorado con trabajos de seda enmarcados. Figuras de elefantes de varios tamaños, una jaula con un pájaro negro parlanchín que además silva como las personas; según el hijo del empresario, muy caro y difícil de conseguir, esta prohibida la caza de los mismos.

Los no existentes, las sombras color chocolate con leche, arrastrando sus pantalones de pijama a rayas y su camisa suelta deshilachada, con los pies desnudos, van pasando por delante de nuestras narices las preparaciones culinarias. En dos rincones del salón están situados, vestidos igual que los otros y con pies desnudos, también, los ceniceros vivientes. Solo con levantar el cigarrillo se acercan a recoger las cenizas, con el cenicero de plata en la mano. Estas personas, que usualmente viven en algún cobertizo en la parte más alejada de la casa, reciben comida, agua, te, y unos sueldos mínimos que pueden rondar los 30 euros mensuales, los hombre, las mujeres menos.

--¿Le gusta el arroz? ¿Está demasiado picante para usted?—con sus preguntas la doctora me hace volver a la realidad.

--Si, me gusta, no está demasiado picante ni apelmazado. Lo he probado con un pedazo de pollo y me ha sabido muy bien.--

Ella se aparta un poco de la mesa. Yo le sigo, mostrándole estar interesado en continuar con el tema que habíamos dejado antes de que nos llamasen para pasar al comedor. Dejando atrás a los demás, volvemos a su rincón. Allí reinicio la conversación.

--¿Sabría usted decirme el por qué de esa persecución y control de la mujer por parte de su marido o padre?—

--Hijo mío, eso va en nuestra cultura ancestral. Las que hemos podido salir y contactar con otras culturas de alguna manera nos hemos podido librar, no totalmente pero…, del poder totalitario de los hombres. Y las que no han tenido posibilidad de salir de su entorno y culturizarse un poco; aldeas, pueblos, extrarradios de las grandes capitales, no se han quitado de encima esa losa que acarrearan a lo largo de su vida.  Es más, aquí en la India, como en muchos países asiáticos, los recién nacidos, si son hembras tienen pocas posibilidades de llegar a la pubertad. —

--¡Si! ¿Por qué? ¿Cogen enfermedades o infecciones, es ese el motivo?- Pregunto ingenuamente.

--No, no es debido a cosas naturales. Se debe a costumbres arraigadas en los pueblos que durante siglos han ido mermando la población femenina. El motivo es la dote que los padres deben de preparar si quieren casar a sus hijas. Y como estas no son productivas, los hijos si lo son, para deshacerse de ellas las matan. Con esto evitan el gasto de la dote; entre arreglos de la casa para el casamiento, comprarle cosas para la hija y la dote en sí; dinero, campos, ganado, que se le entrega al padre del novio para que acepte el matrimonio; el gasto puede llegar a ser de entre 20.000 y 35.000 euros. Si uno se para a pensar en que una persona no cualificada tiene un salario mínimo de 2.000 Rs, al mes (36 euros), pronto se da cuenta que es una carga social demasiado grande, que ha llevado a la barbarie sufrida a lo largo de los siglos y que, hoy todavía[i], sigue vigente en algunas partes. —

--¿Y las madres dejan morir a sus hijas? Eso me parece una salvajada. —

--La salvajada es más grande. No las dejan morir, las matan. —Dice estas palabras, con un sentimiento de pesar y angustia, como si le saliesen del corazón. Su cara, aún se arruga más, si cabe, cuando cierra los ojos para contener las lágrimas. Sus manos, piel de pasa con marcadas venas oscuras, reflejan un ánimo sereno, cuando las reposa, una sobre la otra, en el sari que cubre sus piernas.

--¿Como que las matan, eso como puede ser? Le pregunto, incrédulo y un poco excitado.

--Ahora que estamos solos voy a relatarte lo que una madre me contó. De esto ya hace muchos años. Esto sucedió en una aldea del estado de Tamil Nadul.—Y sigue contandome

--Kashmi ya tenía una hija, de manera que cuando dio luz a la segunda, ella la mató. Al tercer día de vida de la recién nacida tomó la decisión de no alimentarla. Entonces, para acallar los lloros de la hambrienta niña, esta señora elaboró una preparación con leche exprimida de las hojas de una planta y la mezcló con aceite de castor. Luego forzó a la niña a que se tragase esa poción venenosa. La niña empezó a sangrar por la nariz y al poco tiempo murió. Los vecinos de la aldea ayudaron a enterrarla. Gente que en su situación, seguramente, ya habían actuado de la misma manera. Cuando le pregunté qué como había podido tener valor para hacerlo, me respondió: si no la hubiera muerto, posiblemente su marido la hubiera matado para no aportar una buena dote al matrimonio. Y además, para que sufra lo que yo he sufrido, es mejor que me deshiciese de ella. Una hija es siempre responsabilidades, como iba a poder tener dos.[ii] — Al terminar el relato me indica que iba acostarse, que no se encontraba bien. Le pedí perdón por haber abusado de su hospitalidad. Me apretó mi mano entre las suyas, con tacto cerúleo, y cogida del brazo de su hija se retira.

Me quedo observando las fotos; la doctora con la Reina de Inglaterra, con la Madre Teresa de Calcuta, con los reyes de Jaipur; según la explicación del pie de foto, en el hospital, aún siendo muy joven, rodeada de compañeros de la profesión. Hay una que por el lugar que ocupa entre las demás, parece algo especial. La doctora con su hija y el Taj Mahal al fondo. Al pie de la misma está escrito “Viaje inolvidable; unidas en la historia”. La hija, que baja de acostar a su madre, me encuentra mirando la foto.

--Fue un viaje realmente hermoso. A la vuelta de mi estancia en Inglaterra mi madre organizó un viaje para visitar las ciudades, que según ella, debía conocer. Visitamos Calcuta, Benarés, Bombay y Agra. Organizado sólo para nostras dos, solas, sin acompañantes ni servicio. Mi madre quería que conviviésemos y compartiéramos vivencias, sin intermediarios. Y al mismo tiempo mostrarme realidades de nuestro país que hasta ese momento habían permanecido desconocidas para mí. —me cuenta recordándolo con añoranza y con preocupación de ver que su madre se está apagando.



[i]As John-Thor Dahlburg points out, "in rural India, the centuries-old practice of female infanticide can still be considered a wise course of action."
[ii] As John-Thor Dahlburg points out, "in rural India, the centuries-old practice of female infanticide can still be considered a wise course of action."

La rosa temerosa.



En una isla soleada y alegre, como la vida, en medio del mar eterno, dónde el viento, la lluvia y demás inclemencias climatológicas, se comportaban como en cualquier otra isla de cualquier otro mar o océano, la naturaleza era fructífera, desbordante y desprendida.

Sus habitantes, gracias a esa naturaleza, vivían en un estado de satisfacción y felicidad: los pinos que crecían cerca de los acantilados se dejaban mecer sus frondosas cabelleras por las eternas brisas marinas. Ellos a su vez se desprendían de sus frutos para reproducirse; tanto en la misma isla como allende los mares, al ser sus semillas arrastradas por el mar.

Flores que llenaban de color, aroma y vida los principales parques de la isla: margaritas blancas con centro amarillo, amapolas con centro negro, rosas con representación de casi todas las variedades y orquídeas con colores, tamaños y formas que completaban un mosaico por el que esta isla, como la vida, era envidiada.

En el centro de la isla había un gran lago natural que se nutría de las aguas de lluvia y de las aportaciones que los altos picachos con nieves eternas, que en sus deshielos, le aportaban a través de diferentes riachuelos. El lago era un núcleo de vida dónde las: percas, truchas, lucios y temporalmente salmones hacían las delicias de los habitantes. La vegetación en las orillas del lago era muy frondosa, casi exuberante. Altos árboles que necesitaban cuatro personas para rodearles el tronco, y hiervas aromática que acariciaban los sentidos más refinados. Los árboles frutales eran la delicia de la fauna salvaje y de las personas. 

En medio de esta naturaleza tan rica y sobrada de recursos: autosuficiente, auto-controlada, que se regodeaba en si misma de tanto que se gustaba, se encontraba una ROSA, asustada, que no sentía estima alguna por si misma: 

Siendo esta muy joven, con su capullo recién formado, en ciernes de llegar a ser una belleza de la naturaleza, la isla sufrió unas grandes tormentas con mucha lluvia que al estar acompañada de pedrisco, caía como AGUA FRESCA. Gracias a que la rosa estaba escondida bajo una ancha hoja de platanero no llego afectarle en demasía. Pero de todas formas, la ROSA, debido al AGUA FRESCA, sufrió la amputación de algunos de sus pétalos externos. Esto la marco de por vida.

Un día un vecino de la isla la arranco de dónde ella vivía y la transplanto en un jardín en el que muchas otras como ella ya disfrutaban de una tierra bien alimentada, de un buen contacto con los colibríes y abejas que las ayudaban a reproducirse. A los pocos días ya se encontraba bastante integrada en su nuevo entorno social.

Ella se extrañaba mucho de ver como las demás componentes que habitaban en la misma parcela que ella, no estaban preocupadas; por si aparecía alguna tormenta o si llovía agua fresca de la que destroza los pétalos. No podía entender que las demás disfrutasen el día a día con plenitud.

Una tarde, a la caída del sol, vio aparecer al jardinero con un aparato en la mano del que sobresalía un tubo que al final llevaba como una alcachofa de ducha: una regadera. Fue ver el recipiente con gotas de agua que recorrían su cuerpo, como gotas de sudor, y ponérsele los pinchos de su tallo completamente erizados, los pétalos se pusieron a temblar y toda la planta en si se mimbreaba; como si los nervios la agitasen y le disparasen una sensación que la ahogaba, y que hacia que su pecho se oprimiese y su corazón de planta palpitase como si fuese a reventar.

Cuando ya se vio que no podía evitar que el jardinero la maltratase con aquella AGUA FRESCA, su tronco se dobló por la mitad, se desmayo, dejando caerle capullo de la flor sobre la tierra. 

Desde aquel día esta sensación ya se le reproducía casi constantemente; sólo hacía que pensar con AGUA FRESCA, y como un resorte automático todo su cuerpo se descomponía.

Después de muchas crisis, un día, se fijó en que sus compañeras del jardín no sufrían aquel trauma que ella estaba pasando, y pensó: ¿Qué hacen ellas para afrontarlo? ¿Por qué, uno de los componentes más importantes de la vida, EL AGUA, me tiene que ser tan molesto?

Una tarde que ya estaba esperando el paso de la regadera una de sus compañeras, al verla temblar de miedo, le espetó; miedosa, que eres una miedica compulsiva. Estas palabras la marcaron. Empezó a decirse a si misma, que ella era tan valiente como las demás, y que se lo iba a demostrar a si misma y a las demás. Además pensó, a ellas no les ocurre nada, tampoco tiene porque ocurrirme a mi, y se decidió a afrontar sus miedos.

Se hizo la hora de la llegada del jardinero con la regadera. Este empezó por la parte más alejada de la parcela. LA ROSA podía oír el sonido del agua al caer sobre las plantas y sobre la tierra, y la alegría que las plantas transmitían. Ella empezaba ya a sentir como sus nervios la empezaban a traicionar. De repente se vio la sombra de la regadera sobre si misma y el brillo que el sol reflejaba sobre algunas gotas, de AGUA FRESCA, que ya estaban cayendo. Se cogió con sus raíces fuertemente a la tierra, apretó sus pétalos y tenso sus estambres y su tronco, para prepararse para luchar contra aquella tormenta que recordaba, con voluntad de enfrentarse al jardinero, decidida a morir por las convulsiones que en su interior sentía. El agua empezó a caerle encima, ella aguanto los primeros embates convulsivos de sus nervios, y de pronto noto un frescor que le daba bienestar general y le relajaba todo su cuerpo. Su ánimo explotó de alegría al ver que había vencido el miedo que no la dejaba vivir. Y se dijo a si misma; “Que tontería y que perdida de tiempo y energía que podía haber empleado disfrutando de todo lo que me rodea, hasta de las nuevas rosas, que son ya mis hijas, que gracias a las abejas nacen y viven cerca de mi”

Finalmente se dio cuenta que el miedo que aquella tormenta marco en su interior la había estado amargando la existencia, hasta que decidió afrontarlo. Y darse cuenta que el poder lo tenía ella, porque el miedo solo existe en nuestra mente y cuando más lo alimentas, más miedo produce.

Cortó por lo sano y vio que no pasaba nada. A partir de aquel día ya nunca permitió que nada le amargase la vida. Y vivió el resto de sus días feliz, en aquella “isla soleada y alegre rodeada del mar eterno”

Uno de los antidepresivos naturales; El Anacardo.


1. Anacardos

Según el Dr. Andrew Saúl, dos puñados de anacardos proporcionan el efecto equivalente a una dosis terapéutica de Prozac. ¿Cómo lo consiguen? Pues porque son una de las fuentes vegetales más altas de triptófano, el precursor de la serotonina. La serotonina es un poderoso neurotransmisor, cuya carencia se relaciona con síntomas de depresión, ansiedad, angustia, tristeza, irritabilidad, trastornos del sueño, trastornos alimenticios y comportamientos compulsivos. Los alimentos ricos en triptófano, actúan como antidepresivos naturales, produciendo un aumento de los niveles de serotonina, sin necesidad de psicofármacos.

Sin embargo, comer gran cantidad de alimentos ricos en triptófano no basta para hacernos sentir felices. El cerebro solo puede absorber triptófano cuando se combina con carbohidratos, los cuales estimulan la producción de insulina, que a su vez hace que las neuronas del cerebro sean receptivas al triptófano, y así pueden sintetizar la serotonina, hormona de la felicidad.

Es por esto, que cuando nos sentimos frustrados, nos apetecen alimentos ricos en carbohidratos. Pero desgraciadamente a nadie, que yo conozca al menos, le da por sentarse delante de la tele –a la que a veces utilizamos como mecanismo de evasión de nuestra realidad menos dulce- con un plato lleno hasta arriba de fruta, que también es rica en carbohidratos. Lo que dicho sea de paso, tampoco sería un “planazo”, nutricionalmente hablando, pero sería lo menos malo. Lo que nos suele ocurrir es que nuestro cerebro “recuerda” con agrado ciertos alimentos procesados, con una composición exquisitamente estudiada en cuanto a la proporción de hidratos de carbono, grasas y sal, que hacen que nos “enganchemos” y que tiremos de ellos cuando queremos sentirnos mejor.

La serotonina, sin embargo, no es sólo el neurotransmisor del “buen humor”, también juega un papel importantísimo en el sueño saludable, la relajación, el nivel de autoestima y la capacidad de concentración del cerebro. Como se ha mencionado, el precursor principal de la serotonina es el triptófano, aminoácido esencial que debe ser incorporado a través de la dieta ya que no somos capaces de sintetizarlo. No obstante, además del triptófano, el organismo necesita de otros nutrientes para poder sintetizar esta “dulce” hormona, como son los ácidos grasos omega tres, el magnesio, el zinc o la vitamina B6.


Mensajes para dejar a la generación siguiente





21 MENSAJES PARA TRANSMITIR A CADA MIEMBRO DE LA SIGUIENTE GENERACIÓN 
1.-Eres un ser deseado. Estás aquí porque el Universo lo quiso.

2.-Siente que eres libre de ser lo que eres, no permitas que nada ni nadie te etiquete, ni te imponga guiones que no se corresponden con tu autenticidad. 

3.-Cada ancestro de tu árbol es un don que hay dentro de ti para ser usado a tu favor y al de todo el Universo. 


4.-Aprende a no pedir amor, simplemente ama. 


5.-Cree en los pequeños milagros de cada día y atiende a las coincidencias, en ellas hay mensajes ocultos que te guían en el correcto camino. 


6.-Cada día, haz un acto generoso con alguien cercano.


7.-Si en tu árbol genealógico hubo traumas, sánalos actuando. 


8.-Déjate guiar por tu cuerpo, es sabio. Él te alertará de las situaciones de las que debas alejarte, sintiendo tensión y malestar. También te dirá cuando estás alineado con lo que eres, sintiendo relajación y bienestar. 


9.-No contamines tu cuerpo con tóxicos o una mala alimentación. 


10.-En cuanto puedas, sé independiente. Trabaja utilizando tu creatividad y hazte adulto. 


11.-Escribe un poema cada día. 


12.-Busca y provoca situaciones que te hagan reír. 


13.-Tiende a compartir, a colaborar a ser solidario. 


14.-Cuando tengas problemas, puedes analizarlos, puedes hablarlos, pero ten por seguro que hasta que no actúes no se producirá la transformación.


15.- Siente GRATITUD por todo lo que te regala el Universo. 


16.- Recuerda que nada en este plano de existencia perece, sino que se transforma.

17.-Lee, estudia, conoce… experimenta por ti mismo. 


18.-No te apegues a nada material. No consumas lo que no necesitas. 


19.-Tampoco te apegues a ninguna creencia. Lo mismo que tu cuerpo se renueva 

constantemente, también lo deben hacer las ideas. 

20.-Siembra cada día las semillas que te lleguen de dentro o de fuera. La semillas pueden ser palabras, caricias, belleza, acciones. Ellas son los gérmenes de más sabiduría, amor, arte y salud. 


21.-Cuida con mimo el territorio que está más allá de tu cuerpo, tu casa, tu barrio, tu ciudad… el planeta y el Universo. 

-Alejandro Jodorowsky

miércoles, 28 de enero de 2015

Frases interesantes para nuestra salud.


-El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. Teniendo en cuenta que a las personas solo nos puede dañar aquello a lo que le damos importancia, evitar el sufrimiento inútil puede consistir simplemente en dar un paso atrás, desligarse emocionalmente y ver las cosas con otra perspectiva.
Lleva práctica y tiempo, pero merece la pena llevar a cabo este gran aprendizaje. Como guía para ello, otra frase budista nos da una pista de como comenzar: “Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos”.
-Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora. Solemos pensar solamente en el pasado o estar excesivamente preocupados por el futuro. Esto nos lleva a no vivir el momento y que nuestras vidas pasen de largo sin ser conscientes. El budismo nos enseña el aquí y ahora. Por tanto, debemos aprender a estar plenamente presentes, a disfrutar de cada momento como si fuera el único.
-Cuida el exterior tanto como el interior, porque todo es uno. Para encontrar un verdadero estado de bienestar es imprescindible que mente y cuerpo estén en un equilibrio. No centrarnos demasiado en el aspecto físico o, por el contrario, en el aspecto interior nos ayudará a sentirnos más plenos y conscientes del aquí y ahora, facilitándonos una plenitud emocional más rica.
-Más vale usar pantuflas que alfombrar el mundo. Para encontrar nuestra paz interior, tenemos que ser conscientes de nuestros potenciales personales y aprender a saber dosificarlos, así como nuestros recursos. De esta forma viviremos un auténtico crecimiento y evolución.
-No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo. Se trata de una de las máximas del budismo que nos permite eliminar casi todas las leyes y mandamientos morales actuales en nuestra sociedad. Teniendo parecido significado con la frase no le hagas a los demás lo que no te gustaría que te hiciesen a ti , esta quinta reflexión va mucho más allá ya que consiste en un profundo conocimiento de nosotros mismos y una gran empatía para/con los demás.
-No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita. Nuestro deseo de tener más, tanto en el plano material como el emocional, es la principal fuente de todas nuestras preocupaciones y desesperanzas. Su máxima se basa en aprender a vivir con poco y aceptar todo aquello que nos brinda la vida en su momento. Ello nos llevará a una vida más equilibrada, reduciendo el estrés y muchísimas tensiones internas.
El hecho de desear más cosas a menudo solo indica falta de seguridad, que nos sentimos solos y necesitamos llenar esos vacíos. Sentirnos a gusto con nosotros mismos permite dejar atrás la necesidad de no tener que demostrar nada.
-Para entender todo, es necesario olvidarlo todo. De pequeños estamos en continuo aprendizaje. Nuestro mapa mental aún no está diseñado lo cual nos hace abiertos a “todo” y a la capacidad de entender cualquier cosa. No sabemos juzgar.
Pero a medida que crecemos nuestra mente se llena de condicionamientos y normas sociales que nos indican cómo debemos ser nosotros mismos, como deben ser las cosas, cómo debemos comportarnos e incluso qué debemos pensar interiormente. Nos volvemos inconscientes con nosotros mismos y nos perdemos.
Para cambiar y ver las cosas desde una perspectiva más sana para nosotros, tenemos que aprender a desligarnos de las creencias, hábitos e ideas que no provienen de nuestro corazón. Para ello, esta frase budista nos servirá para comenzar el proceso: “En el cielo no hay distinciones entre este y oeste, son las personas quienes crean esas distinciones en su mente y luego piensan que son verdad”.
Budismo


"El Hombre en Busca de Sentido", Viktor Frankl.

"El Hombre en Busca de Sentido" Viktor Frankl.
editorial HERDE.

El doctor Frankl, psiquitra y escritor, solía preguntar a sus pacientes aquejados de múltiples padecimientos: "¿Por qué no se suicida usted?". Y muchas veces, de las respuestas extraía una orientación para la psicoterapia a aplicar: a éste, lo que le ata a la vida son los hijos, al otro, un talento, una habilidad sin explotar, a um tercero, quizá, sólo unos cuantos recuerdos que merece la pena rescatar del olvido. Creación de la Logoterapia.
Viktor Frankl was durante mucho tiempo prisionero en los desalmados campos de concentración.
Libro de obligada lectura para poder entender la capacidad del ser humano para resistir y los motivos que llevan a poderlo soportar el extremo sufrimiento; tanto psíquico como físico.