LA SENDA DEL
BIENESTAR INTERIOR
La
ofuscación, la avidez y otros impedimentos de la mente.
Los impedimentos y oscurecimiento de la mente son numerosos:
la ofuscación, la avidez.
1º. LA OFUSCACIÓN
1º.Es la
ausencia de claridad mental y de visión lúcida. Inclina al apego y a la
aversión, produce aferramiento a ideas y opiniones erróneas, y conduce a
magnificar lo trivial y minimizar o banalizar lo esencial. Frustra la comprensión
clara y distorsiona el discernimiento. Sus antídotos son la visión clara y la
lucidez.
2º. LA AVIDEZ
Es el
deseo compulsivo, la avaricia, el afán de posesividad y el apego. Se produce al surgir una sensación placentera, genera
en la persona afición y dependencia desproporcionada. El antídoto es el
desapego, la comprensión clara y la ecuanimidad.
Se trata de un deseo compulsivo sin límites, inherente a
la vida, que no supone un problema si sabemos relacionarnos con él de modo tal
que ni los reprimamos ni nos esclavice (hay que vivirlo con lucidez y
ecuanimidad). El problema real es la codicia, una cualidad mental: de dinero,
de poder, de amigos, de contactos sexuales, de fama, de prestigio, de destacar.
La represión viene dada casi siempre por factores del
inconsciente. Los deseos son reprimidos por falsos conceptos morales, esquemas
o filtros socio-culturales, modelos familiares, frustraciones y miedos.
Se puede encauzar con conciencia y lucidez, y también es
importante aceptar que no todos nuestros deseos y expectativas van a cumplirse
(ésa es una ilusión infantil). No debemos dejarnos llevar por la frustración y
el resentimiento.
Cuando alcanzamos la claridad mental necesaria, nos damos
cuenta que la avidez es una trampa y que provoca mucha insatisfacción y dolor.
La avidez impide la generosidad, la tolerancia, la visión correcta, la
compasión y la indulgencia; frena el desarrollo de nuestra cualidades más
hermosas y nos priva de la tranquilidad y la felicidad. El apego siempre causa
miedo: a perder lo que tenemos, a que un ser querido nos abandone, a que esta
agradable situación cambie… Y como el apego es una actitud mental, la mente se
empeña en coleccionar, acumular, poseer.
La meditación es un medio muy eficiente para superar
apegos y aversiones. Asimismo, aun no siendo apta para hipocondríacos, es muy
importante la meditación y el recordatorio sobre la muerte, que ayuda a eliminar
los <<ñoños>> estados de ánimo, a disipar las mezquindades, a
apreciar más la vida y el arte de ser, y a amar más a seres que podemos perder
en cualquier instante o ellos nos pueden perder a nosotros. Leemos en el Ramayana:<<
Rodando sin tregua, noche y día decaen las vidas de los mortales, al igual que
los rayos ardientes del sol estival merman los siempre decreciente arroyos.
Cuando los hombres descansan en su hogar, la muerte reposa también a su lado; cuando
día tras día salen, la muerte les acompaña en su camino; la muerte va con ellos
cuando vagan errantes; la muerte está con ellos cuando están en su
hogar.>>
El apego excesivo impide la salud menta y emocional. El
apego invierte toda nuestra energía en afanes mundanos y no nos deja que
utilicemos una parte en progreso interior. Tanto nos inclina a metas externas,
que no apreciamos las internas.
En tanto que actitud mental nociva, surge de la
ofuscación o de la ignorancia. La meditación es también un poderoso antídoto
contra el apego. El Dhyanabindu Upanishad explica: <<Alta como una
montaña, larga como mil leguas, la ignorancia acumulada durante la vida sólo
puede ser destruida a través de la práctica de la meditación: no hay otro medio
posible.
Su antídoto esencial es la generosidad.
Transcrito: Paco Costa
Terapia Espiritual
La Senda del Bienestar interior (Ramiro Calle)
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