Cuando el hecho es el causante de tus problema

La mayoría de las personas gastan más tiempo y energías

en hablar de los problemas que en afrontarlos.

Henry Ford.

Si tus ideas no son imaginarias y compruebas al confrontarlas con la realidad que están de acuerdo con ella entonces debes intentar cambiar el hecho que te perturba, ya que sería el hecho en sí y no tus ideas el causante de tu problema. Por ejemplo, cuando padeces acoso en el trabajo, las circunstancias no dependen de ti, pero puedes buscar trabajo en otro sitio, denunciar el hecho, etc. Otras veces los hechos son irreversibles: la muerte de un ser querido o una enfermedad grave. En casos así, cuando no es posible cambiar el hecho que nos causa dolor, lo mejor es aceptarlo con paz para que nos perjudique lo menos posible. Algunos hablan de que lo más aconsejable ante lo irremediable del dolor es ¡abrazarlo! hasta que el dolor se convierta en paz y serenidad e incluso nos reconforte y construya, proporcionándonos una mayor fortaleza espiritual.

Optimismo vital.