Ayuda para encontrarte a ti mismo y disfrutar de lo que el fluir de la vida te aporta.
viernes, 5 de junio de 2015
domingo, 19 de abril de 2015
El poder de nuestra mente; si lo conoces, lo puedes controlar.
Era fumadora y además una perfecta "Brainstorming" (su mente nunca para de producir pensamientos, ella se deja llevar por ellos y produce un constante rompecabezas, y un consumo de energía que la lleva a estar siempre cansada.)
Se pone en contacto conmigo para que la ayude a dejar de fumar, como ya he hecho con muchas otras personas. Viene a mi consulta, y después de unos días me indica que no ha vuelto a fumar, le comento que es lo normal, y que ya no lo volverá hacer, si realmente así ella lo quiere.
Dos semanas más tarde, me llama de nuevo para indicarme que no se puede creer lo que esta consiguiendo. Ella no se creía capaz de poder conseguirlo, pero que ahora se da cuenta, que su autoestima ha sido reforzada y que la misma voluntad y energía la esta utilizando para empezar a cambiar otras circunstancias o hábitos de su vida que no le gustaban. Y es tanta la satisfacción que ha encontrado en estos cambios, que va a continuar por esta camino.
Últimamente, como le indique y le enseñe, ha empezado sus ejercicios de meditación y de atención plena. Y según me indica estos le están posibilitando aprender a controlar el flujo de pensamientos que diariamente la agotaban.
Bueno, en fin, ella pensaba que nada se podría hacer, ella era así y que así sería siempre. Ahora una vez se ha demostrado a si misma, que ella es la única que tiene la llave de la puerta que lleva a la felicidad en su vida, y que ésta está en su interior, ya no piensa en abandonar el camino iniciado; el de la autoestima, la libertad de elección y acción y el de la superación personal: ATENCIÓN, INTENCIÓN Y ACCIÓN.
Esta en tu mano.
Paco Costa
domingo, 12 de abril de 2015
Muestras de vida
Un día más en el momento de despertamos ya nos encontramos con la posesión más impresionante que el universo, como parte componente del mismo que somos, nos puede dar. Estamos vivos, pero también los están las plantas, los animales, insectos, arboles y hasta las mismas montañas y el aire, todos componentes del mismo universo, como nosotros. Y a partir de aquí es cuando empieza las fiesta; las plantas están vivas pero fijas al suelo, lo mismo que los arboles, los animales e insectos, pueden cambiar de lugar y desplazarse a distintos puntos dentro de su entorno. Pero solo el ser humano puede estar vivo, tener la libertad de desplazarse, pero ademas, es el único ser que tiene consciencia de todo ello. SOMOS LA CONSCIENCIA DEL UNIVERSO.
Por lo tanto, si hoy te has despertado, y ya te has dado cuenta que estas vivo y que además puedes disfrutar de ser consciente de ello, ya tiene el premio más gordo que te puede tocar jamas, y ese premio, si sabes apreciarlo, lo puedes disfrutar cada día.
Si cuando te levantas aprendes a decirte cada día; "ESTOY VIVO Y SOY CONSCIENTE DE ELLO, ESTE ES EL PREMIO MÁS GORDO QUE ME PUEDE TOCAR", te darás cuenta que a partir de ese día toda tu vida cambia, y la de tu entorno familiar, de amigos y hasta las mismas circunstancias de la vida también.
Paco Costa.
martes, 10 de marzo de 2015
El fracaso, si lo estudiamos correctamente, nos muestra el camino al éxito.
No se sale adelante celebrando éxitos, sino superando fracasos.
O. S, Marden.
Los fracasos, bien analizados, son garantía de posteriores éxitos.
No hay fracaso, error o fallo, ni siquiera miseria humana, de la que no podamos sacar una sabia lección. Decía Goethe que aquellos que ven en cada desilusión un motivo para mayores conquistas poseen el recto punto de vista para con la vida, esa rampa tan pronunciada por la que debemos subir casa día superando dificultades y aprendiendo de nuestros errores. Por eso, lo inteligente no es lamentarse ni culpar a los demás o a las circunstancias de nuestros fallos, sino hacernos preguntas cuyas respuestas nos den pistas para corregirnos: ¿qué debo hacer para mejorar? ¿Cuál ha sido el error principal? ¿Cómo saber que lo estoy haciendo bien? Sobre todo, recordar que en todo fracaso hay una nueva oportunidad.
Optimismo Vital.
miércoles, 4 de marzo de 2015
La paciencia cosecha la paz y la precipitación, el pesar.
La paciencia cosecha la paz y la precipitación, el pesar.
Proverbio Árabe.
Aprende a ser paciente y comprensivo con los demás.
Si estás enojado, ¡serénate! Recupera la calma y el equilibrio interior. Mírate a ti mismo a punto de estallar y no permitas que el primate visceral y primario que vive agazapado en ti tome las riendas de tu vida por un instante y te juegue una mala pasada. Recuerda que los demás no son responsables de tu cansancio, de tu estrés, de tu mal carácter, de tu primariedad y de tus neuras. Todavía tienes el control de ti mismo y estás a tiempo de no meterte en más problemas y de no causárselos a los demás. De ti depende una elección madura e inteligente o seguir cometiendo más errores y destrozar tu vida.
Otimismo Vital.
domingo, 1 de marzo de 2015
ENTREVISTA A UN MEDICO TIBETANO
Cuando
un paciente viene a su consulta, ¿cómo descubre cuál es su enfermedad?
--Mirando
cómo se mueve, su postura, la forma de mirar. No hace falta que me hable ni me
explique qué le pasa. Un doctor de medicina tibetana experimentado, solo con
que el paciente se le acerque a unos 10 metros, puede saber qué dolencia sufre.
Pero también escucha los pulsos.
--Así obtengo la información que necesito de
la salud del enfermo. Con la lectura del ritmo de los pulsos se pueden diagnosticar
un 95% de las enfermedades, incluso psicológicas. La información que dan es
rigurosa como la de un ordenador. Pero leerlos requiere mucha experiencia.
Y
después, ¿cómo cura?
--Con
las manos, la mirada, y preparados de plantas y minerales.
Según la
medicina tibetana, ¿cuál es el origen de las enfermedades?
--Nuestra
ignorancia.
Pues
perdone la mía, pero, ¿qué entiende usted por ignorancia?
--No
saber que no sabes. No ver con claridad. Cuando ves con claridad, no tienes que
pensar. Cuando no ves claramente, pones en marcha el pensamiento. Y cuanto más
pensamos, más ignorantes somos y más confusión creamos. ¿Cómo puedo serlo menos?
--Le
daré un método muy simple: practicando la compasión. Es la manera más fácil de
reducir tus pensamientos. Y el amor. Si quieres a una persona de verdad, es
decir, si no la quieres solo para ti, aumenta tu compasión.
¿Qué
problemas ve en Occidente?
--El miedo. El miedo es el asesino del corazón
humano.
¿Por
qué?
--Porque
con miedo es imposible ser feliz, y hacer felices a los otros.
¿Cómo
afrontar el miedo?
--Con
aceptación. El miedo es resistencia a lo desconocido.
Y como
médico, ¿en qué parte del cuerpo ve más problemas? --En la columna, en la parte
baja de la columna: os sentáis demasiado tiempo en la misma postura. Vitalmente,
tenéis demasiada rigidez.
Tenemos
muchos problemas.
--Creemos
que tenemos muchos problemas, pero en realidad nuestro problema es que no los
tenemos.
¿Qué
quiere decir?
--Que
nos hemos acostumbrado a un nivel de necesidades básicas cubiertas, de modo que
cualquier pequeña contrariedad nos parece un problema. Entonces, activamos la
mente y empezamos a darle vueltas y más vueltas sin solucionarlo.
¿Alguna
recomendación?
--Si el
problema tiene solución, ya no es un problema. Si no, tampoco.
¿Y para
el estrés?
--Para
evitarlo, lo mejor es estar loco.
¿...?
--Es una broma. No, no tan broma. Me refiero a
ser o parecer normal por fuera, y por dentro estar loco: es la mejor manera de
vivir.
¿Qué
relación tiene usted con su mente?
--Soy una persona normal, o sea que a menudo
pienso. Pero tengo entrenada la mente. Eso quiere decir que no sigo a mis
pensamientos. Ellos vienen, pero no afectan ni a mi mente ni a mi corazón.
Usted se
ríe a menudo.
--Cuando alguien ríe, nos abre su corazón. Si
no abres tu corazón, es imposible tener sentido del humor. Cuando reímos, todo
es claro. Es el lenguaje más poderoso: nos conecta a unos con otros
directamente.
También
acaba de editar un CD de Mantras con una base electrónica, para el público
occidental.
--La música, los Mantras y la energía del
cuerpo son lo mismo. Como la risa, la música es un gran canal para conectar con
el otro. A través de ella, podemos abrirnos y transformarnos: así la usamos en
nuestra tradición.
¿Qué le
gustaría ser de mayor?
--Me gustaría estar preparado para la muerte.
¿Y nada
más?
--El
resto no importa. La muerte es lo más importante de la vida. Creo que ya estoy
preparado. Pero antes de la muerte, debemos ocuparnos de la vida. Cada momento
es único. Si damos sentido a nuestra vida, llegaremos a la muerte con paz
interior.
Aquí vivimos
de espaldas a la muerte.
--Mantenéis la muerte en secreto. Hasta que
llegará un día de vuestra vida en que ya no será un secreto: no os podréis
esconder.
Y la
vida, ¿qué sentido tiene?
--La
vida tiene sentido, y no. Depende de quién seas. Si realmente vives tu vida,
entonces la vida tiene sentido. Todos tenemos vida, pero no todo el mundo la
vive. Todos tenemos derecho a ser felices, pero tenemos que ejercer ese
derecho. Si no, la vida no tiene sentido.
Gran
persona este Médico tibetano. Tulku Lobsang. En la cultura tibetana se preparan
toda la vida para el momento de la muerte, no es siniestro, al contrario es un
entrenamiento para ser feliz, pierden el miedo a la vida teniendo en cuenta la
impermanencia del presente y por ello vale la pena disfrutar el instante. Algo
asombroso, por ello son sabios. Siento una profunda admiración e interés por su
saber. Me tienen fascinada.
M.Looz.
No permitas que el pasado infeliz, te arruine tu vida presente.
Olvidemos lo que ya sucedió, pues puede lamentarse, pro no rehacerse.
Tito Livio
No consientas que el recuerdo de infortunios, errores, desgracias o miserias de un pasado infeliz te robe la alegría de vivir y de disfrutar la poca o mucha felicidad que te depare el presente... Un mínimo de cordura, de sensatez y de sabiduría, si pretendes ser más dichoso o menos infeliz, aconseja ahuyentar, olvidar y borrar de tu mente todo lo que te resulte desagradable o te haga sufrir, reavivando en tu memoria penas, tristezas y desgracias que hace tiempo te dejaran heridas en el alma. Debes arrojarlos bien lejos de ti, por higiene mental y salud psíquica, y para evitar que bajen tus defensas físicas y psicológicas y se lo pongas demasiado fácil a las enfermedades y a nuevas desgracias e infortunios.
Optimismo vital
lunes, 23 de febrero de 2015
Para y céntrate en lo que haces, disfruta el aquí y ahora.
El futuro nos tortura y el pasado nos encadena.
He aquí por qué se nos escapa el presente
G. Flaubert
Te equivocas si únicamente orientas tu vida hacia el futuro, hacia un permanente porvenir y sólo vives pensando en el mañana, dejando escapar el hoy, aquí y ahora que tienes en tus manos. Sé inteligente y práctico y date el gustazo de pararte y de disfrutar sin limites de lo que estás haciendo ahora mismo... ¡Segundo que pierdes, segundo que no recuperas! y nueva estupidez que vuelves a cometer. Si no corriges tu actitud, seguirás el resto de tu vida traficando con el porvenir (que no tienes) y construyendo castillos en el aire. ¡¡Y sin vivir plenamente lo que tienes y lo que eres!!
Optimismo Vital.
jueves, 19 de febrero de 2015
Proyectos de 24 horas. para ser feliz, creando tu principal proyecto.
Lo que haga hoy es importante
porque estoy utilizando un día de mi vida en ello.
Anónimo
No te determinan las circunstancias, te determinas tú a ti mismo como único artesano de tu propio destino. Al despertar cada mañana, toma conciencia de ti. Realiza unas cuantas respiraciones profundas, desperézate y realiza estiramientos suaves de tus músculos mientras piensas en la maravilla de tener un nuevo día a tú plena disposición. Tú decides que las horas que siguen van a ser reconfortantes, positivas, creativas y enriquecedoras. El más importante proyecto de tu vida lo tienes ante ti: este nuevo día que tienes que saber convertir en toda tu vida. Toda tu existencia se concentró en el ¡HOY! que empiezas a vivir.
miércoles, 18 de febrero de 2015
INDIA-19º- De mi paso por la India-final
El señor sentado sobre el mostrador y rodeado de cacerolas de sopas y comida, enfrente mismo del grupo de gente hambrienta, esperaba a que los turistas pagasen algún plato de sopa para alguno de los allí acuclillados.
CAPITULO 5º.
Al llegar esa noche a la habitación de mi hotel, sobre la
mesa de centro, me encontré varios periódicos y un número de la revista The
Times of India. Ojeé los diarios y cogí la revista. Pasando las páginas fijándome
solo en las fotografías, me pegue de morros con una en la que había un señor,
desahuciado, muerto, tirado en medio de la calle. Cuatro personas le rodeaban,
servicios de la policía, creí entender. El tropezón que me di, me impresiono
tanto que, cansado y tarde como era, decidí leerlo y enterarme de que iba el
tema. Vi que las hormigas que se alineaban en el artículo, tenían orden, que se
explicaban bien. En la primera cucharada de la mortuoria tarta del reportaje,
un guantazo emocional casi me quita las ganas de que mis ojos se entretuvieran
con aquellos animalitos negros esa noche.
Tres mil doscientos cincuenta muertos anuales, sólo en
Delhi[i].
No, no era el terrorismo, ni los terremotos, ni la guerra, ni tampoco una
epidemia de cólera. Lo que el reportero había esparcido en aquellas paginas
blancas infestadas de pulgas negras que se perseguían, ordenadamente, las unas
a las otras, y de no haber sido así nada tendría sentido, era la infamia que la
gente sin nombre, sin identificación, sufre diariamente. Expatriados, dentro de
su país, que salen de zonas rurales y se acercan a las ciudades a buscar
trabajo. Personas que no conocen a nadie, que no se dan de alta en los
registros policiales, por miedo a lo que les pueda pasar. Que viven en la
calle, enfermos, desnutridos y la mayoría de veces, enganchados a las drogas
más baratas. Las cuales les destrozan los cuerpos y los cerebros. Estos
abandonados de la mano de todos los dioses, que en un país, particularmente
como este, existen. Muertos que nadie reclamara, ni recordara. Porque ellos,
para nadie existen. Sus familiares no saben donde están, si vivos o muertos. A
no ser que a su llegada a la capital hubiesen encontrado un trabajo que les posibilitara
ganar algunas rupias, con ellas llamar a su familia por teléfono y indicarles
donde se encuentran. Y de paso contarles que mensualmente recibirían la
transferencia que la empresa les mandaría como parte de su sueldo.
Cuando pasaba un mes y el pago no era recibido en el
domicilio de la familia, entonces empezaban las preocupaciones por parte de los
familiares. Los cuales, de no estar medianamente preparados para la carrera burocrática
de los cien metros vallas, poco tenían o podían hacer para que se les
informase. Finalmente, cuando alguno de ellos, había terminado saltado todas
las vallas, llegaba al final y conseguía la información requerida. Se
encontraba que el cuerpo de su ser querido ya había sido incinerado. Los restos
puestos en un saco y, posteriormente, los sacos apilados en un montón, como
sacos de boniatos esperando un camión de carga que los llevase al vertedero. El
camión de los viajeros sin nombre que no van a ninguna parte.
En caso que los cadáveres que se encuentran, van bien
vestidos; en fin que para morir en la calle se visten de esmoquin, por si
acaso. En ese caso, los mantienen en la morgue durante un mes. Pero, si por una
de aquellas resulta que alguien ha ido a morirse, si, en la calle, con sus
peores ropas, entonces resulta que la morgue es demasiado cara y solo los
mantienen durante dos días. Después directamente al crematorio y a la pila de
sacos. Claro los crematorios han florecido como hierva verde de primavera
después de las primeras lluvias. Los crematorios eléctricos; ¿Quién los habrá
creado? ¿Quién los administra? Y ¿Quién saca el beneficio de los mismos?
Los crematorios han existido en la India desde los
tiempos ancestrales, es la manera digna de pasar al otro mundo en este país.
Los gaths existen y funcionan en la orilla de los ríos principales y sobre todo
en las ciudades importantes, y son bastante más baratos que los eléctricos. ¿Por
qué se desvían todos los cadáveres a los últimos? No se sabe… Gracias a un
anciano wallah que con su ricksaw va trasportando los fardos con los cuerpos a
las piras crematorias, algunos terminan siendo incinerados el alguno de los
gaths del rió y después las cenizas van a reposar a las aguas sagradas. Estos
por lo menos, sus almas, descansan en paz.
Abandono a las hormigas a su destino, apago la luz e
intento conciliar el sueño…
Banderas amarillas en tropel, arrastradas por camiones
descarnados, desfilan emborronadas por mi mente. Muertos en sacos de arpillera.
Almas solitarias que vagan sin descanso, no encuentra posibilidad alguna de
reencarnación. Grandes monumentos. Descomunales miserias. Grandes religiones.
Muchas grandes religiones. Almas sin amparo. Carreras de vallas, de cien, de
doscientos, de mil metros. Carreras de vallas inacabables. Burocracia, desinterés,
corrupción. Grandes inversiones. Muchas y muy grandes inversiones. Gajos de
humanidad esparcidos por las calles. Cuervos negros en el centro de la capital
voraces revoloteando desde las primeras horas de sol hasta la puesta del mismo.
Grandes águilas carroñeras con las garras llenas de anillos y gafas de sol
Rya-Ban. Grandes embajadas. Muchas y muy grandes embajadas, jardines abiertos
al libre albedrío de sus moradores. Doctoras sensibles, entregadas a aliviar
dolores y sufrimientos. Sensación eterna y constante de una grande, grande,
grande impotencia. Gente cuyos corazones no caven en sus cuerpos. Suculentos
manjares sobre platos con bordes de plata y servilletas de hilo con bordados en
tonos diferentes. Discursos vacíos, de autocomplacencia, risas y silencios de
complicidad. Enemigos externos, muchos y grandes enemigo, de nueva creación,
externos e internos. Satisfacción malsana de haber conocido este collage humano
y…
No puedo conciliar el sueño imágenes en tropel, como
barco de carga a granel, llenan mi mente. Enciendo la luz, me calzo las
zapatillas y empiezo a hacer idas y venidas a lo ancho de habitación, como
preso encarcelado es su propia vulnerabilidad mental, entre pared y pared. Sólo
el Adagio de Albinoni sonando, saliendo como perfume aromático y sensual para
mis oídos, logra que me relaje, que mi mente se vacié, cuando el violín habla
solo; de su soledad, como reprimiéndose, a veces, la rabia que sus cuerdas tienen apresada y
que las cerdas de la vara no consiguen sacarles. Y que, también a veces, parece
llorar por no tener la fuerza necesaria para expresarse libremente, completamente
independiente de la voluntad del violinista. Sentado en el sofá de la habitación
sigo dejando que la música alivie mi corazón, acariciándome los tímpanos. El
Nabuco de Verdi, con el coro de los Esclavos Hebreos, me transporta. Me hace
ver a la gente del pueblo en masa compacta, de pie en los jardines del hotel,
pidiendo y esperando que…
FIN
Paco Costa
lunes, 16 de febrero de 2015
LAS ZANCADILLAS QUE TE PONES A TI MISMO.
Quién no se domina a si mismo siempre será un esclavo.
Goethe.
No pocas personas tienden a comportarse de manera poco razonable y neurótica por sus ideas no realistas, erróneas. Conocer sus causas y cambiarlas por otras ideas más razonables e higiénicas es fundamental para una vida sana mental y psicológicamente. Algunas de estas ideas erróneas que debemos cambiar por sus contrarias son: que hay que tener éxito siempre, que hay hechos insoportables e insuperables, que esta vida es un valle de lágrimas, que la culpa de nuestras desgracias es de los demás, que estamos predestinados y de poco sirven nuestros esfuerzos, que el pasado nos marca sin remedio... Todas estas ideas erróneas que intoxican nuestra mente son las zancadillas constantes que nos ponemos día a día a nosotros mismos y no caemos en la cuenta de que para cambiarlas por ideas higiénicas y razonables sólo necesitamos sentido común y entender que la forma en que percibimos la realidad es la verdadera causa de nuestros males.
Optimismo vital.
domingo, 15 de febrero de 2015
INDIA.-18º. De mi paso por la India.
¡OH! hotel dulce hotel, me digo cuando veo su silueta
aparecer a lo lejos delante de mí. Finalmente llegamos. La visión de la chavola
y el contraste al entrar al hall del hotel, con su mármol, grandes ramos de
flores, suntuosidad y lujo exagerado, me dejan un poco trastabillado. Y eso que
ya llevo uno días en el país y debería de haberme inmunizado.
Pero no, sigo sin acostumbrarme.
Me acerco a la recepción para ver si ha llegado algún mensaje o carta y si se
había llevado a cabo la desinfección de la habitación. Me indican que hay un
mensaje para que llame a un teléfono, y que la desinfección se había llevado a
cabo de buena mañana. Me lo dan y veo que es del señor Rajesch. Le llamo. Me
pregunta si me apetecería asistir con él a una cena organizada en honor de una
escritora amiga. Por la hora que era, ya un poco tarde, le pregunto que cuanto
tiempo tengo para ducharme y adecentarme. Me indica que no hay ninguna prisa,
que en una hora y media pasaría a recogerme. Acepto la invitación y cojo el
ascensor con unas ganas locas de desnudarme y dejar que el chorro de la ducha
me refresque y descanse.
Un ambiente glamoroso y hasta cierto punto occidental, se
abre ante mí al entrar en la sala de baile del hotel Imperial. La gente viste
de etiqueta, algunos con esmoquin y pajarita, en medio de la fiesta de color
que son los saris de las hindúes. Los camareros pululan entre los grupos de
personalidades allí presentes; primer ministro y representantes de la
oposición, algunas figuras famosas del equipo nacional de críquet, y
representantes del mundo de la cultura. Yo me mantengo al lado del señor
Rajesch, para evitar las presentaciones. Las conversaciones, quizás, más risas
y algarabía falsa que otra cosa, discurren relajadamente. Una señora
occidental, creo que inglesa, de pelo rojo con mechas rubias y con vestido azul
cobalto de noche, contrasta con la finura de las hindúes. La pelirroja parecía
tener carencia por la tertulia que se desarrollaba en el grupo del primer
ministro, al que delicadamente, cogía por el brazo, mostrando una sonrisa amplia
y de complicidad, que intentaba tapar con su bolso de mano plateado.
El salón con rasgos coloniales es un rectángulo amplio,
rodeado de anchas ventanas que daban al jardín de la piscina. Los muros entre
ventana y ventana cubiertos con altos espejos, sobre los cuales rematando la
decoración, caían ramilletes de lirios amarillos. Por encima de las flores, lámparas
de dos brazos que formando delicadas curvas terminaban en una tulipa de cristal
finamente labrado. Las arañas que colgaban del techo, de cristal italiano, en
cuyo borde superior terminaban con las mismas tulipas que las de los muros. Al
fondo en la pared opuesta a la entrada, detrás de lo que debía de ser la mesa
presidencial, un cuadro mural, de ángulo a ángulo, con una pintura de la
familia real de Inglaterra.
Rodeando las mesas de los comensales pequeños veladores
con búcaros de cerámica china que contenían ramos de capullos de rosa; rojos,
fresa, blancos y amarillos. Junto a uno de estos veladores estábamos cuando
hizo su entra la Señorita Roy, la escritora, según me indico mi acompañante.
Quien después del respetuoso saludo al primer ministro y al representante de la
oposición, se dirigió hacia nosotros. Se acerco al señor Rajesch y le dio un
par de besos. Él me presentó y ella me dio un apretón de mano, que mostraba
fortaleza de carácter y personalidad.
Nos hace dirigirnos hacia una de las mesas para
sentarnos, al ver que el primer ministro y su sequito ya se estaban
posesionando alrededor de la mesa presidencial. Las mesas cubierta con manteles
de hilo blanco nieve, con las sillas cubiertas con un cubre blanco de lino. El
montaje de la mesa de un lujo poco usual. Plato grande sobre el que descasaba
uno de porcelana con alegorías del país delante de cada comensal, con
servilletas de hilo, marfil claro, con bordados finísimos en otro tono marfil
un poco más oscuro. Dos velas altas y finas, encendidas, a ambas partes del
centro de rosas rojas, y la cubertería de plata. Sentaros, nos indica. Ella se
sienta entre nosotros.
-- He leído sus dos libros. El primero me gusto e hizo
que se despertase dentro de mí las ganas de saber más sobre las pequeñas cosas
de la India. Pero
el segundo, que me ha regalado el señor Rajesch, en el que se muestra su
carácter, lo que le sale del estomago cuando escribe, ese me ha hecho ver la
fuerza interior que de usted emana. Y posteriormente a interesarme por los
temas que en el critica o describe. – Le digo a la señorita Roy.
-- Muchas gracias, por su amabilidad. Pero, si como usted
me dice ha leído ambos libros, se habrá dado cuenta, que en el último, hablo de
mi decisión de no volver a escribir. Claro, a no ser que me apeteciese contar,
como me paso en el primero, algo que llevaba cociendo en mi interior durante
mucho tiempo. Las circunstancias políticas, económicas y culturales por las que
el país ha estado pasando desde hace unos años, al retorcerme las tripas y no
poder soportar el ¡silencio! sobre todos esos temas tan candentes, me llevaron
a escribirlo. – Se explaya ella, poniendo un énfasis especial en la palabra,
silencio, mientras con su mirada de ojos negros barría las caras de los demás
comensales.
La señorita Roy figura mediana, puro nervio y delgada.
Con un corte de pelo corto, casi a lo chico, mirada potente y profunda. Su
aspecto denota, a mi me lo parece, estabilidad emocional contrastada con un
sentimiento de impotencia. Sus ademanes delicados; cuando despliega la
servilleta da la sensación que la esta acariciando. Con su mano derecha juega
con un pequeño pendiente que lleva en la oreja derecha, el brazo izquierdo
descansa sobre la mesa mientras su mano se entretiene con los cubiertos.
Parece ser la
única persona en el salón que, aunque elegante, viste de forma mas informal;
pantalón negro de camales anchos y camisa blanca con los últimos botones
desabrochados, que dejan ver la fina textura de su piel color
nuez-avellana-tostada. Inteligente y con las ideas muy claras, ella, va conversando
con los diferentes componentes de la mesa. Planteándoles cuestiones sobre los
temas candentes y de actualidad. Y respondiendo directamente y sin ambigüedad a
las que a ella le plantean.
Nos sirven el vino, un Burdeos joven, y nos llenan las
copas de agua. En el centro de la mesa depositas unas bandejas con aperitivos;
frutos secos, quesos, colitas de gamba rehogadas picantes. Cuando ella se
encuentra poniéndose una gamba en la boca, le pregunto:
--¿realmente cree usted que el tema de la bomba nuclear
es tan importante como usted lo presenta en su libro? –
La respuesta no tarda en llegar; como si hubiera estado
esperando la pregunta y la contestación le hiciese daño a su garganta,
responde, secamente:
¿Usted qué cree? Quien es este país en el mundo para
producirla. Teniendo tantos millones de analfabetos y gente en los más extremos
niveles de pobreza. A quien benefician esas inversiones. ¡Al pueblo!, No creo.
– Uno de los comensales le responde:
-- Tampoco hay que tomárselo de la manera que lo expresas
en tus artículos. Ya que, lo quieras o no, da a nuestro país otro estatus a
nivel internacional, enfrente de las grandes potencias. – El calor de la
conversación va en aumento y con punto de crispación, cuando ella, dejando la
copa de vino que tenía en la mano sobre la mesa, le replica:
-- La
India , si es que alguien ya ha llegado a saber ésta que es,
no necesita defenderse de ninguna potencia mundial extranjera. Lo que necesita
es limpiar su propia casa, crear las posibilidades de que coman todos los
inquilinos de la misma, y de que todos estos tengan acceso a una educación, en
este caso sí, contrastada a nivel internacional. Y revalorizar todo lo bueno
que las diferentes partes de este país tienen. Crear y buscar enemigos fuera,
que es lo que los políticos nos hacen creer, para lo único que sirve es para
desviar la atención de los verdaderos problemas que tenemos como nación; si es
que a la diversidad de creencias, lenguas y estados que tenemos se le puede
decir, nación. Mientras todo eso no se solvente, o al menos haya la intención
de hacerlo, nuestra identificación nacional solo estará basada en incongruencias
como la de la bomba nuclear.--desde dentro de un saco de humildad parece sacar
unas briznas de ira, que los comensales que la rodean, se ve, que ya esperaban.
Mr. Rajesch, intentando rebajar la temperatura de la
charla, empieza a participar en la misma, coge la copa de vino y dice:
--Por favor, por favor. Disfrutemos de la cena primero. Y
después tendremos tiempo de hablar largo y tendido. Brindemos por la señorita
Roy y la aportación cultural que sus trabajos están dando a este país. —
Todos levantas las copas, los gestos cambian, aunque
algunos de los comensales dejan notar que existe una animadversión personal,
como si le tuvieran envidia. Después del brindis, en el momento que se sirven
los chapattis calientes cubiertos con una servilleta, continúo hablando el
señor Rajesch:
-- ¿Qué os parece si el señor Wadekar, desde su
conocimiento del críquet y los entresijos del mismo, nos habla de la recién
visita a Pakistán de nuestro equipo nacional y de las medidas de seguridad que
se han tenido que preparar para llevar a cabo este encuentro?
A todos les pareció bien la idea, y empezaron a aportar opiniones
sobre el evento. Sobre si habían sido excesivas las medidas de seguridad. Que
si total, para jugar un encuentro deportivo hacia falta tanto movimiento de
policía. Aunque la mayoría estaba de acuerdo en que realmente era un partido de
alto riesgo, por la situación política de ambos países.
La mesa iba llenándose de platos, que por el aspecto que
tenían, debían ser preparaciones sabrosísimas. Daba la sensación de estar en un
restaurante Libanés, la mesa no tenía suficiente espacio par tantos platos diferentes.
Los aromas de la comida iban adentrándose en los sentidos y abriendo el
apetito. Señalando con el índice un pequeño recipiente de cerámica que
contenía, según me explica la señorita Roy, crema de garbanzos con un chorrito
de aceite de oliva por encima, el señor Wadekar interrumpe el pequeño guirigay
que se había formado sobre el partido:
-- De este color era la arena del estadio, sin nada de
césped. Y con el terreno demasiado seco. Aunque, a decir verdad, por la mañana
habían estado regándolo, no lo hicieron ni con el tiempo de antelación ni el
tiempo necesario. A la media hora de haberlo regado el sol había evaporado
completamente la humedad del terreno de juego. Y en cuanto al tema de la
seguridad, quisiera que entendieseis, aquellos que os extrañáis de las medidas
adoptadas, que hasta hace cuatro días como aquel que dice, los dos países casi
estaban en guerra abierta. De hecho en la zona de Cachemira lo están. No, yo
creo que eran necesarias. Ahora, una vez allí la gente nos ha tratado de maravilla
solo las discrepancias, de los cuatro imbéciles mal educados, que en todos los
estadios existen emborronaron el evento. Que finalmente fue un gran existo
deportivo para ambas selecciones. –
El señor Wadekar, bien parecido, cara ruda y atractiva,
tenía aspecto de play boy de película; su Rolex, de oro blanco, y parecía que con
brillantes, sus cadenas de oro en la otra muñeca y su colgante de oro en el
cuello. Traje azul Marino, con unas rayas blancas muy finas, casi no se
percibían, y camisa rosa pastel pálido, con el cuello abierto, sin corbata.
Levantándose, desde su sitio, cogió un plato con brochetas de gambas asadas a
la brasa, igual que las que me comí en Mumbai, y las fue pasando por todos los
componentes de la mesa para que se sirvieran.
La reunión ya tenía otro cariz. Más sonrisas menos
tensión. Fluía la conversación sobre temas generales; los viajes que alguno de
ellos estaba programando, los proyectos que otro lleva en mente. La distensión
había sido conseguida. Al señor Rajesch se le notaba cara de satisfacción de
ver que las cosas se habían reconducido sin ninguna crispación adicional.
Después de los cafes y licores, se repartieron los grades
supositorios en forma de Montecristio nº. 2. Y a reglón seguido los discursos y
honores que se le daban a la señorita Roy. La tanda la abrió el responsable de
cultura; quien deleito a la concurrencia, que mantenía la risa como podía, con
todos los parabienes realizados y por hacer de su departamento. Quien entrego
un cuadro honorífico a la escritora en reconocimiento de su labor. Ella, en un
corto pero denso discurso, dejó claras sus ideas y se reafirmo en sus tesis
sobre la India
y sus gobernantes. Finalmente y cerrando el acto, habló el primer ministro;
parsimonioso, actuando como si estuviese delante de las cámaras de televisión y
en plena campaña electoral esparció, la benevolencia y buen hacer de su
gobierno, por todo el salón. Los comensales en mi mesa al oírlo no podían
esconder sus caras de incredulidad. Y alguna criticas soterradas, sobre…
jueves, 12 de febrero de 2015
INDIA--17º- De mi paso por la India.
Bobby se acerca a mí, me coge por el brazo y me dice:
-- Señor, señor. ¿Se encuentra bien? cogido insolación muy fuerte. Le he estado vigilando
todo rato por me necesitaba, y me he
dado cuenta que iba hablando solo de una parte a otra. –
-- No, no te preocupes Bobby. Me encuentro bien. Es
posible que haya tomado demasiado el sol pero no me siento mal, solo un poco
transpuesto, gracias. Vayamos a buscar agua, necesito beber y sentarme un poco
a la sombra. En cinco minutos me habré despejado. —Le contesto.
-- Voy delante y compro una botella de agua y le espero
en la salida principal. – Dice Bobby, un poco nervioso, en su perfecto inglés.
Salimos de recinto del mausoleo y buscamos algún lugar en
sombra para descansar y refrescarme. Encontramos un árbol frondoso, cuyas
raíces están enclaustradas en un círculo de ladrillos rojos a la sombra de su
follaje. Nos sentamos. En dos tragos me termino el agua. Empiezo a transpirar
fuertemente, la brisa que allí fuera corre helándome el sudor me refresca, lo
que hace que me recupere rápidamente.
Enfrente de nosotros, preparados para iniciar la visita
al Taj Mahal, lo que parece ser, dos hileras de escolares. Una de niños y otra
de niñas. Los niños todos con pantalones cortos azul pastel con tirantes, y
camisas blancas. Las niñas con faldas blancas y jerséis de diferentes colores,
azul, rojo, marrón. Acompañados de dos maestros y una maestra. Ella con sari
color caramelo claro con franjas florales en varios tonos de marrón y fucsia
tirando a rojo. Ellos con camisas largas hasta las rodillas, uno blanca y el
otro color curry, con bufandas azul y rosa envolviéndoles sus redondas cabezas.
Uno de ellos con una sonrisa de dos dientes muy simpática, ambos con bigote. En
alguna de las miradas de estos niños he podido detectar gotitas de ilusión y de
esperanza.
Compartiendo la sombra con nosotros dos mujeres, dos
hombres y un niño, todos hindúes. Miradas fijas, ceños fruncidos. El niño
descalzo con varias moscas jugueteando en su cabecita y su cara. Una escena
triste, que al contemplarla en este lugar, en el que se levanta una de las
obras arquitectónicas más caras e impresionantes del mundo, te deja perplejo,
sin capacidad de reacción. Solo el rosa pálido ribeteado de blanco y el
amarillo girasol de los saris de las dos mujeres, ponen unas manchas de alegría
en el frescor de la sombra del frondoso árbol.
Llegamos al motoricksaw y le indico a Bobby que le diga
al wallah que nos de una vuelta por los bazares de la ciudad. Bobby vuelve a
insistir en llevarme a ver el corte de piedras artesanal. Yo le contesto que
solo quiero ir a ver un taller de alfombras y nada más, y después iremos a
buscar el coche para volverme a Delhi. La visita al Taj Mahal me había cansado
más de lo que yo pensaba, y aún nos quedaban cuatro horas y media de viaje.
Después de recorrer varias callejuelas de tiendas, chabolas y unas calles, que parecían ser el centro de la ciudad, llegamos a un
emporio “tienda del estado”, en la que se venden productos de seda y de
algodón. Entramos, nos reciben con la falsa amabilidad del comerciante musulmán
que espera sacar la máxima tajada de los productos que allí están expuestos.
Les digo que estoy interesado en ver la producción de las alfombras de seda y
de algodón. Me pasan a la trastienda donde había un señor tejiendo.
Detrás de un telar, cubierto de tensos hilos de seda
blanca, unos ojos me miran fijamente. La cara oscura, color chocolate, la
descubro unos segundo más tarde. Un musulmán agazapado detrás del telar, con
arañas en las manos, teje a una velocidad que mis ojos son incapaces de seguir.
De la parte de abajo del telar, suben hacia arriba los dibujos y colores de la
alfombra, según las arañas humanas los va sacando del entramado de hilos de
seda y dándoles vida. Dos meses y medio tarda este caballero en terminar una
alfombra como estas, me indica el jefe gesticulando exageradamente con las
manos. Trabajando duramente 12 horas diarias, 7 días a la semana. A 80Rs. diarias
(1,40 euros), son unas 2.400Rs. Mes (27 euros), para que se lleven un buen
sueldo que les permita vivir dignamente. Dos meses y medio de trabajo como vera
son 6.000Rs (68 euros), muy caras. Me explica el encargado.
Sigo charlando con el encargado, preguntándole por
diferentes productos, regateándole precios, siempre dándole el 60% menos de lo que
me pide, aún así, en cuanto me descuido pago el doble de lo que realmente está dispuesto
a cobrarme. Finalmente vuelvo a las alfombras y le pregunto por el precio de
una de las alfombras que esta tejiendo el señor del telar. No se corta y me
pide 15.000Rs. (300 euros). Ya tengo la información que necesitaba, y el porque
de la explicación tan detallada del coste de producción. Le doy las gracias y
amablemente me despido.
Le pago a Bobby por sus servicios y le agradezco la
amabilidad tenida conmigo. Cogemos el todo terreno y nos disponemos a iniciar
el viaje de vuelta. El sol quema. Uno aprecia el aire acondicionado del
vehículo. La salida de Agra se hace larga y cansina, debido a la gran cantidad
de autobuses turísticos. Esta ciudad desde hace ya muchos años vive
principalmente del turismo el cual hace posible la supervivencia de los
diferentes trabajos artesanales, que son sobre los que, aparte del turismo, se
sustenta la economía de local. Según Bobby me comentó, aquí está prohibida la
instalación de fábricas que produzcan por medio de maquinaria pesada. Esto es
para evitar en lo posible, aunque el tráfico rodado produce polución también,
que la polución pueda dañar las piedras de mi amigo, el Taj Mahal.
Las sombras frescas que se escondían bajo los árboles por
la mañana, se han alargado y cambiado de lado. El sol va poniéndose lentamente,
descansando sus rayos sobre las hojas semisecas de los árboles que, como
soldados en formación militar y con casco de camuflaje, sobreviven soportan el
tráfico a lo largo de algunos tramos de la carretera.
Después de cuatro hora y media largas, llegamos al
extrarradio de Delhi. La circulación, por ser hora de salida de las factorías,
fluye despacio. Las luces de la ciudad ya alumbran la penumbra del ocaso. El
sol se entretiene correteando los áticos de los edificios más altos.
Mi mente se entretiene pensando en los artesanos de la
piedra en Agra. Personas que dedican su vida entera a esta profesión. Y cuando
llegan a los cuarenta ya no sirven para el trabajo. A partir de esa edad pasan
a engrosar la nómina de maestros artesanos. De pequeños, a la edad de ocho o
diez años, los hijos de artesano, empiezan a trabajar en los talleres. Pasan
unos cuantos años aprendiendo el manejo de las herramientas, las composiciones
de las piedras y los mejores cortes que cada una de ellas soporta.
Posteriormente, ya a los catorce o quince, empiezan a trabajar directamente con
ella, en las labores menos delicadas. A los veinticinco años ya se les supone
expertos en dicha artesanía. A partir de esa edad van escalando grados de
experiencia que finalmente los aboca, a los cuarenta años, medio ciego y
deslomados, a la enseñanza. Los padres sólo enseñan esta profesión a los hijos,
qué son los que después desarrollan dichas enseñanzas. Pero a sus hijas no.
Porque como estas, más pronto o más tarde se casan, se llevan los secretos del
padre y los pueden enseñar a sus esposos, rompiendo la exclusividad que los
padres sustentan sobre dicha profesión.
Parados en un atasco me fijo en una tienda de campaña,
cubierta de polvo y con rotos que parecen ventanales a la miseria, situada
sobre una amplia acera en obras al lado de la calzada. Pózales, cazuelas,
platos metálicos se esparcen por la entrada de la misma. Una señora cubierta
con un sari que ha perdido el color, sentada sobre un ladrillo, friega los
cacharros. Un chiquillo, de apenas tres años, parece estar defecando arrimadito
a un muro que da al jardín de un hotel de cinco estrellas, que se levanta
majestuoso por detrás de la chabola. El hombre, supongo que el marido,
tranquilamente sentado sobre su bicicleta, se escruta los dedos de los pies con
las manos. Esperando que el monótono día, como todos sus días, se apague del
todo.
miércoles, 11 de febrero de 2015
Cuidadin con la dieta, claras evidencias que la dieta reduce el riesgo de cancer
“Hay una abrumadora evidencia de que la dieta reduce el riesgo de cáncer”
El epidemiólogo Carlos González, de la Unidad de Nutrición y Cáncer del Instituto Catalán de Oncología, es el investigador español más prestigioso en estudios que relacionan alimentación y tumores. Ha sido el coordinador para España del proyecto EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition) que lleva ya 15 años siguiendo a más de medio millón de personas en diez países de Europa.
Esther R. Medina - Santa Cruz de La Palma
08/02/2015 - 21:34h
En la prevención del cáncer no cree en productos milagrosos, sólo en un estilo de vida saludable. El doctor Carlos González, epidemiólogo de la Unidad de Nutrición y Cáncer del Instituto Catalán de Oncología, es el investigador español más prestigioso en estudios que han permitido establecer una relación directa entre el consumo de determinados alimentos y la incidencia de tumores. Ha sido el coordinador para España del proyecto EPI ((European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition), una iniciativa que nació con el objetivo de integrar la epidemiología con las investigaciones de laboratorio, con factores genéticos y metabólicos, y profundizar en el conocimiento científico de la nutrición y el cáncer. “El EPIC comprende medio millón de personas que ya han sido seguidas durante 15 años en diez países de Europa, entre ellos España”, ha explicado en una entrevista concedida a LA PALMA AHORA.
-Usted asegura que en la prevención del cáncer, la dieta sí importa.
-Sí, la dieta sí importa. Hay una abrumadora evidencia que lo demuestra. Sin ninguna duda.
-La alimentación, junto a otros factores (ambientales, metabólicos y de susceptibilidad genética) pueden favorecer o evitar la aparición de tumores.
-Exactamente. El cáncer es una enfermedad multicausal, es decir, no hay un solo factor que lo produzca. Digamos que hay alguna excepción, por ejemplo, el mesotelioma pleural, en el que la exposición al amianto es, por ahora, la única identificada como factor causal, pero siempre existe un conjunto de factores, y entre ellos está la dieta. Cuando hablamos de tumores como el colorrectal o el gástrico, además de la alimentación tiene un papel también el alcohol, el tabaco y la obesidad. Hay siempre un conjunto amplio de factores.
-¿Las frutas y las verduras representan el grupo alimentario más importante en la protección contra esta enfermedad?
-Sí, hay una evidencia muy clara que demuestra que las frutas y los vegetales aportan una serie de compuestos antioxidantes –polifenoles- que tienen importancia en la prevención del cáncer. Lo que pasa es que, lo que se ve actualmente, es un efecto menor al de hace 30, 40 o 50 años. Esto no quiere decir que las frutas y las verduras tengan hoy menos importancia que en el pasado, sino que la población consume más frutas y vegetales y, por tanto, mostrar las diferencias entre los que consumen y no consumen es más difícil para un profesional. En epidemiología siempre hacemos un contraste entre los que están expuestos y los que no. Si todos están expuestos, el efecto no se observa.
-Por tanto, es recomendable ingerir fibra dietética.
-Hay una evidencia incontrastable de que la fibra dietética reduce el riego de cáncer colorrectal. Eso está ya aceptado en la comunidad científica internacional.
-¿Existen alimentos ‘milagrosos’ contra el cáncer?
-No, milagros no hay ninguno. En el mundo de la nutrición hay charlatanes de feria que, a partir de un estudio, plantean que puede haber alimentos o compuestos con efectos milagrosos, pero no, no hay milagros.
-¿Ni las crucíferas (brócoli, col, coliflor etc.,)?
-Las crucíferas tienen unos compuestos beneficiosos que se llaman glucosinolatos, pero, comparativamente, no hay unos vegetales que tengan más efectos que otros, en general. Por eso aconsejamos ingerir una cantidad importante de frutas y vegetales diferentes, porque unos tienen más efectos sobre unos tumores y otros, sobre otros. Lo importante es una dieta saludable y variada.
-¿Las carnes rojas y los embutidos son potencialmente cancerígenos?
-Sobre estos alimentos también hay una evidencia incontrastable, y es que las carnes rojas aumentan el riesgo del cáncer colorrectal y probablemente también el gástrico -de la porción distal- y el de esófago. Lo mismo ocurre con las carnes preservadas. En este sentido, es importante destacar que no aconsejamos suprimir completamente el consumo de carnes rojas, porque aportan hierro, vitaminas y compuestos que, desde el punto de vista de la nutrición, son favorables. Pero sí que hay que reducir la cantidad de ingesta a un promedio, más o menos, de 70 gramos diarios, que representarían unos 500 gramos a la semana. En la dieta española estamos observando un promedio de ingesta de casi 250 gramos diarios por persona, lo cual representa que se está multiplicando por tres o cuatro lo que recomendable.
-¿Hay consenso con respecto al consumo de lácteos?
-Los lácteos han sido alimentos controvertidos porque, con relación al cáncer, hay una evidencia bastante sólida que muestra que pueden reducir el riesgo de cáncer colorrectal, pero, por otro lado, también hay evidencias consistentes que constatan que puede aumentar el riesgo de cáncer de próstata. En las mujeres, esto no sería un problema, pero en los hombres, un consumo elevado de lácteos puede reducir el riesgo de un tumor pero aumentar el de otro. Por tanto, no hay una política clara de consenso en cuanto a recomendación. Pero sí aconsejamos un consumo moderado de lácteos, fundamentalmente con poco contenido en grasa –leche desnatada- y sal.
-El 90% de los tumores está desencadenado por causas externas, y sólo entre el 5% y el 10% es hereditario.
-Cuando hablamos de hereditario nos referimos a mutaciones elevadas que se transmiten y que tienen lo que nosotros denominamos una ‘alta penetrancia’. Es decir, que una mutación heredada en ese sentido lleva a una probabilidad muy alta de padecer un cáncer. Por ejemplo, en el tumor de mama, las mujeres con una mutación de los genes brca 1 o brca 2 tienen una alta probabilidad de tener cáncer -o las descendientes- pero, por otro lado, la susceptibilidad genética también es heredada, aunque ésta, por sí misma, no genera un tumor; es decir, si los factores ambientales no juegan un papel, no hay cáncer.
-¿Si el cáncer en un alto porcentaje está asociado a factores ambientales, se puede prevenir si se modifican esos factores?
-Cuando hablamos de factores ambientales, lo hacemos en un sentido amplio, porque a veces se habla en referencia sólo a la contaminación atmosférica. Factor ambiental es lo que no es hereditario. Y entre esos factores ambientales, el más importante es el papel que juega el estilo de vida: la alimentación, el consumo de tabaco, el alcohol, la actividad física, la obesidad, las infecciones –el cáncer de cérvix está provocado por el virus del papiloma y el de hígado por el virus de la hepatitis- o las radiaciones solares, que provocan cáncer de piel. Ese 90% está principalmente asociado a este tipo de exposiciones.
-Las variaciones en la incidencia de esta patología de unas regiones a otras se debe, en consecuencia, a causas dietéticas y ambientales.
-Sí, claro. Es así. Hay evidencias claras en la población emigrante. Por ejemplo, en Irán el cáncer de mama y el colorrectal tiene una incidencia muy baja, pero cuando esa población iraní fija su residencia en Canadá, después de muchos años aumenta –en ellos o en sus descendientes- la prevalencia de cáncer colorrectal y de mama en tasas similares a los canadienses. Y lo que ha cambiado en esta población en 20 o 30 años no son los genes –que sí se modifican en 200 o 300 años- sino el estilo de vida.
-La obesidad es un factor de riesgo relevante.
-Totalmente demostrado, y como uno de los factores más importantes. Probablemente, el 15% de los cánceres está asociado a la obesidad.
-¿Son fiables todas las recomendaciones alimentarias que se hacen?
-Hay muchos intereses económicos, porque cualquier recomendación puede afectar a sectores de la economía, a productores, etc. En relación a la obesidad, la causa más importante es el consumo de gaseosas con alto contenido en azúcar.
-¿Y es cierto que el azúcar alimenta las células cancerígenas?
-Sí, es cierto. Azúcar hay que ingerir lo menos posible, y si se consume, tiene que ser negra, no refinada.
-¿Cuál es su opinión sobre la ingesta de suplementos vitamínicos?
-No se aconsejan para nada. En los antioxidantes hay una evidencia clarísima de que en lugar de producir un beneficio, producen un riesgo. Cuando una persona que tiene un nivel de antioxidantes normales por la dieta ingiere suplementos con más antioxidantes, en lugar de actuar como antioxidantes lo hacen como oxidantes.
-¿También los probióticos suponen un riesgo?
-Es diferente, porque entrarían dentro de lo que pueden ser los alimentos funcionales y podrían mejorar la flora intestinal, pero en relación al cáncer no hay evidencias. Probablemente pueden tener efectos en otro tipo de enfermedades crónicas.
-¿Qué estilo de vida recomienda para prevenir el cáncer?
-Eliminar el tabaco, consumir alcohol de forma moderada, hacer actividad física cada día, evitar el sobrepeso y la obesidad y seguir una dieta mediterránea.
-¿Cree que en un futuro próximo se podrá encontrar un tratamiento que cure la totalidad de los tumores?
-No, primero porque el cáncer como tal, así, no existe. El cáncer son 20 enfermedades diferentes que afectan a distintos órganos por mecanismos diferentes y asociados a factores también diferentes. Se puede encontrar, quizás, la curación de un tumor, pero aquí también hay intereses profesionales que venden humo. Desde hace 15 o 20 años nos vienen hablando de la medicina personalizada, genética, que dicen que curará el cáncer, pero los avances que se han hecho en este sentido son, por desgracia, muy pocos. La mejor forma de reducir el riesgo de cáncer es incidir sobre el estilo de vida, pero como esto no se patenta, pues digamos que los laboratorios no tienen interés en ello.
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